Señor director:
La tapa de vuestro ejemplar de ayer, viernes 10 de octubre de 2014, me motivó para escribir unas líneas de opinión respecto al juicio que se le sigue al exconcejal villanovense Osvaldo Soberbio.
Antes que nada quiero dejar bien sentado que soy un respetuoso ferviente de la Justicia y que todos somos inocentes ante la ley hasta que se compruebe lo contrario, digo, porque según reza el titular, el mencionado individuo va camino a la "absolución".
No obstante, puedo decir que este "señor" no llegó a ese lugar como víctima de una campaña política en su contra. Sólo basta con caminar por Villa Nueva y saber que Soberbio hizo de la amenaza y la coacción un estilo de vida, por lo que era de pensar que alguna vez le ocurriría esto.
Rescato la "valentía", aunque a algunos le parezca absurdo, del señor Fabián Pastorak -a quien no tengo el gusto de conocer-, de llevar esta situación hasta el estrado judicial. Muchos sufrieron los embates arrabaleros de Soberbio, pero prefirieron agachar la cabeza y callar.
Me consta de una empleada que, al renunciar a una de las empresas de Soberbio, éste, enojado por la situación, la amenazó diciéndole: "No sabés con quién te metiste, te voy a escrachar por EL DIARIO", con una omnipotencia lacerante.
Sólo quería aportar que no estamos ante un corderito que se extravió de su rebaño. Estamos en presencia de un ciudadano que, quizás amparado en cierto poder económico y social, se pasó matoneando gente por la vida.
Si es justo, que sea absuelto; no pretendo castigo para alguien a quien no se le prueba delito. Me siento gratificado sólo con que a este "señor" le sirva para reflexionar, caminar distinto por la vida y que, de Soberbio, sólo le quede el apellido.
Por último, aclaro que no me moviliza motivo político alguno; lo hago como un simple ciudadano que seguí con mucha atención el caso.
Muchas gracias.
Carlos Díaz Barraza (h)
DNI 17.671.122