Aunque la nueva Ley Nacional de Salud Mental fue aprobada en 2010 y puesta en marcha ya desde hace tres años, representantes de instituciones que trabajan en el tratamiento de estos trastornos de salud en la ciudad reconocen que el mayor desafío actual es el trabajo en conjunto para lograr la plena aplicación de la misma.
Así lo manfiestaron ayer, en una reunión que mantuvieron en la sede del Colegio de Psicólogos en el marco del Día Mundial de la Salud Mental.
Pablo Arriaga, presidente del Colegio de Psicólogos de Villa María sostuvo sobre la ley que es fundamental “el trabajo interdisciplinario” para que “pueda ser cada vez mejor implementada, ya que plantea un nuevo paradigma en cuanto a la forma de concebir la salud mental y de trabajar con ella”.
Para lograr esto, Arriaga consideró que los distintos actores deben “hacer hincapié en el nivel de autocuidados, trabajar a nivel comunitario y barrial para que se aborde también de manera preventiva”, para lo cual dijo que se requiere “buscar acuerdos con sectores como la Justicia o Desarrollo Social”.
“Así podremos lograr algo que es muy necesario, que es incrementar los niveles de calidad de vida, que sería una forma de prevenir los trastornos de salud mental”, aseguró.
Uno de los puntos más fuertes de la ley, es la intención de que no se abran más manicomios o instituciones de encierros, para evitar el aislamiento de la persona enferma con la sociedad, y también lograr cerrar los actuales.
Para que esto se logre, hace falta muchas cosas, y a eso se refirió Ana María Palacio, representante del Hospital Dr. Emilio Vidal Abal, de la ciudad de Oliva.
“La ley tiene 3 años de vigencia y realmente faltan muchos dispositivos como para que se pueda dar la desmanicomialización”, afirmó. “La ley habla de dispositivos alternativos, y si bien acá hay algunos, como casas de medio camino, hospital de día, o los mismos consultorios externos y la internación en hospitales generales; pero acá falta mucho y sobre todo en recursos humanos y la calidad de éstos”, consideró la profesional sobre la posibilidad de que desaparezcan estos lugares de internación.
El Hospital y la Universidad
Por su parte, el licenciado en Psicología Néstor Ribotta, representante del área de Salud Mental del Hospital Regional Pasteur, confió que la institución está realizando una investigación en torno a estas problemáticas, cuyos resultados estarán disponibles el año que viene.
“Esto tiene que ver con las demandas que atendemos en el segundo nivel en la provincia, y así vamos a tener algunos indicadores con respecto a la población que atiende el Hospital en esta región”, explicó.
“Nosotros trabajamos con la urgencia y la asistencia, y en forma coordinada y multisectorial con otros sectores de salud mental, por ejemplo, municipales, con psicólogos, con la gente de Oliva, de la Universidad”, aseguró.
Sobre las “urgencias” que atienden, detalló que mayormente se tratan de “crisis de angustia, intento de suicidios, ingesta de psicofármacos, autolesiones”. “Con el tiempo de tratamiento vemos que tenemos muy buenos resultados en números, porque la gran mayoría de los intentos de suicidios que fueron atendidos en el último año están en tratamiento y con buenos resultados”, sostuvo Ribotta.
Desde la Universidad Nacional de Villa María, la docente Mariana Aimino, adelantó que se está realiazando la adecuación a la ley de la currícula de las carreras pertinentes. “La universidad conformó una comisión que está realizando la adecuación de la ley a estas carreras, dentro del Instituto de Ciencias Académicas, de Ciencias Sociales y Ciencias Humanas, entonces se está abordando con distintos docentes de carreras específicas con la idea de revisar los contenidos de los diseños curriculares, en pos de analizar e incluir esta reglamentación y normativas para la formación de los futuros profesionales”, contó.
Esta modificación recién se verá plasmada en las aulas el año que viene, ya que actualmente se están elaborando los materiales de trabajo y estudio.