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El abogado Marcelo Martín Silvano y detrás su defendido Cristian Zalazar, junto a personal de la cárcel villamariense |
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La Cámara del Crimen de Villa María comenzó a juzgar ayer a un joven oriundo de la ciudad de Santa Fe, quien a fines de 2007 y en estado de ebriedad, protagonizó -junto a su hermano y un amigo- una serie de incidentes en barrio Felipe Botta de esta ciudad.
Se trata de Cristian Emanuel Zalazar, un maestro mayor de obras de 27 años de edad al que se le imputan los delitos de “portación ilegal de arma de guerra”, “abuso de arma de fuego”, “daño reiterado” (tres hechos), “violación de domicilio” y “privación ilegítima de la libertad calificada reiterada” (otros tres hechos)I.Zalazar, alias “Santafesino”, domiciliado en Rawson e Intendente Reyno, se encuentra detenido desde la tarde del 19 de diciembre del anteaño pasado, luego que saliera a efectuar disparos con una escopeta con caño recortado.
La insólita diversión del acusado también tuvo como protagonistas a su hermano Jonathan David Zalazar, actualmente de 20 años, y a un amigo de ambos, Franco Gabriel Freytes, de 21, pero estos jóvenes solicitaron la suspensión del juicio a prueba (probation) y evitaron el proceso oral.
En cambio, Cristian Zalazar no pudo acceder a dicho instituto legal porque uno de los delitos que se le atribuyen, la “portación ilegal de arma de guerra”, no es excarcelable.
Los tres jóvenes, todos en avanzado estado de ebriedad, cometieron los desmanes en la vía pública y luego, al ser cercados por la Policía, ingresaron a una vivienda ubicada sobre calle Rawson, entre Reyno e Intendente Urtubey, donde por espacio de unos 20 minutos y bajo amenazas, mantuvieron como rehenes a los moradores del inmueble, Claudio Alejandro Acosta y su esposa Andrea Beatriz Juncos, quienes se encontraban junto a su hijo, un bebé de pocos meses de vida.
Al ser procesados, se atribuyó al mayor de los hermanos Zalazar haber efectuado los disparos que provocaron daños en casas del sector con la escopeta que portaba, calibre 16 con caños yuxtapuestos recortados, lo que la convirtió en un arma de guerra.
Tras la detención de los jóvenes, el acusado se descompuso en la sede policial debido a su alto grado de alcoholización, pese a lo cual la autoridad judicial interviniente no dispuso que se le realizara un dosaje de sangre.
El juicio oral es presidido por el camarista René Gandarillas y cuenta con la participación del fiscal Francisco Márquez y el abogado defensor Marcelo Martín Silvano, mientras que el secretario actuante es Roberto Jue.
En la primera audiencia de debate declararon Acosta y Juncos, además del sargento René Torres, quien participó en el procedimiento de detención del trío.
Para hoy está previsto que comparezcan los comisarios Fabián Gutiérrez y Maximiliano Funes, un médico del Hospital Pasteur y el patrón del imputado, luego de lo cual se resolverá cuándo sigue el juicio ya que el fiscal Márquez solicitó que se le realice a Zalazar una pericial psiquiátrica para establecer si comprendió la criminalidad del acto.
Esta circunstancia procesal va a demorar la continuidad del proceso por lo menos una semana.
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