Un pase profundo, un pelotazo, la gambeta y el jueguito vistoso con los colores amarillos. Del arco al mediocampo, el partido de Mauricio Macri va armando su equipo en las diversas localidades del territorio cordobés.
En Villa María, en el campo Darío Capitani tiene la pelota, la suelta por momentos, cuida el arco y se dispone a pasar al ataque.
Más allá de sus dichos sobre “nada está dicho”, el lanzamiento de su candidatura a intendente es un hecho.
El mes próximo, con el folclore PRO, las banderas amarillas, la tarjetas y el silbato de Héctor Baldassi, Capitani saldrá a la cancha con la bendición de Mauricio Macri en persona.
Después a caminar, a escalar posiciones, a trabajar para medir en las encuestas, una de las herramientas tan “sutiles” que tiene hoy la política.
Mientras tanto, el vestuario se enciende y las charlas informales se van vaporizando al estilo de las tertulias de amigos.
Capitani habla con todos los posibles adversarios del oficialismo. Intercambio de palabras con diversos sectores del radicalismo, buenas relaciones con los ediles Nora Landart y Carlos Gagliano (que compartió un café con Gabriela Michetti el pasado viernes), conversaciones con el diputado del Frente Cívico Jorge Valinotto y un picadito con allegados al lanzado Gustavo Bustamante.
Nada formal, pero de sudar la camiseta se puede pasar al banquete.
En el entorno de Capitani crece el entusiasmo. Después de la visita de Michetti y de los acuerdos logrados en Río Tercero, San Francisco y Villa Dolores, los jugadores de Mauricio van acumulando expectativas.
Las encuestas lo ubican en un lugar de privilegio a Macri en Córdoba y en la ciudad, según comentan. “Los villamarienses se inclinan mayoritariamente por Mauricio presidente”, comentan en el túnel macrista mientras hacen elongaciones y precalentamiento.
“Tenemos una gran oportunidad y vamos a laburar a fondo hasta marzo. Después veremos cómo estamos parados y podemos cerrar alianzas”, indicó uno de los operadores del macrismo a nivel provincial.
El dirigente sonriendo tiró una frase que se perdió en el pasto: “Si hasta Accastello está mirando con atención a Macri, ha tomado café con operadores de Mauricio pero es difícil que se quite de encima el rótulo K”.
En la primavera electoral, la cancha está húmeda por el rocío. Los que apuestan a Macri siguen trabajando con fuertes lazos con Luis Juez, Oscar Aguad y buena sintonía con Juan Jure en Río Cuarto.
Para ellos, y lo dicen con altavoz, Ramón Mestre es “un soldado” de José Manuel de la Sota.
“Nosotros seguimos caminando y en pocos meses vamos a tener muchas localidades cerradas”, precisó un alto dirigente provincial.
¿Villa María estará entre ellas? ¿Quién puede saberlo?
En la política y en el fútbol, todo es previsible y nada es pronosticable con certeza.
Es cuestión de tiempo, del estado del campo y del árbitro, entre tantos pelotazos.