Curiosamente, cuando comenzó el encuentro Alumni-Jorge Newbery, las puertas de Plaza Ocampo se encontraban cerradas. ¿Qué pasó? No había efectivos policiales para brindar seguridad.
En principio, hubo diferencias con el horario de inicio, ya que mientras desde el Consejo Federal de la AFA se informaba a los medios que el partido iba a comenzar a las 16.30, el árbitro del encuentro, César Ceballos, reafirmaba que la orden para él era comenzar a las 16, tal como habían indicado los dirigentes de Alumni entresemana.
Hasta allí, el problema de horario ya había causado incertidumbre y nadie pudo hacer convencer a Ceballos que aguardara media hora más para dar el pitazo inicial. Sin embargo, el inconveniente mayor surgió porque los efectivos policiales no llegaron a tiempo.
“La Policía nos dijo que le habían avisado que el partido iba a comenzar a las 17, pero no creo que esto haya sido así, es un error”, comentó el vicepresidente de Alumni, Aureliano Sánchez.
En ese contexto, a las 16, hora de inicio real del encuentro, los efectivos adicionales no se encontraban en el estadio, que tuvo las puertas cerradas mientras los jugadores empezaban a rodar la pelota.
Tras una serie de discusiones, la Policía llegó rápido, pero recién tras los primeros minutos de juego, los simpatizantes pudieron ingresar a la “Placita”, con gestos de fastidio. Lamentable.