Hace 80 años nacía en Villa María el San Martín Rugby, imitando por entonces al Club Gimnasia y Esgrima. El propulsor de este magnífico deporte fue el jefe de la estación, un inglés que lo había practicado en su Inglaterra natal.
Su primer presidente, Justo Cardarelli, junto con Conesa, Pfeiffer, Verdell, Beltramino, Ravinale, Lazo, Skilan, Gilli, Acevedo, Lombarda y Colavini, asumieron la responsabilidad de conducir al club, tanto en lo Institucional como en lo deportivo, aquella semilla es evidente que cayó en tierra buena y dio sus frutos.
Su campaña ha sido fructífera, inscripto en 1939 en la unión cordobesa, se consagró dos veces campeón y en 1944, consagrándose primer campeón del interior de la República en Rosario al vencer a Estudiantes de Paraná por 8 a 7 en un partido para la historia, en el plantel se encontraban Unánue, los hermanos Borda, los hermanos Bertella, Suárez, Pacheco, Paris, Zoni, Sigifredo, Botta Coggiola, Gardella, Padrinalli, Catini, Nizetich, Sánchez.
Se sucedieron los triunfos en 1945, en 1948 y siempre con destacadas actuaciones, sobresaliendo en todas ella el espíritu del rugby de la amistad que supieron inculcar a las generaciones que le sucedieron, ejemplos de vida imborrables para todos sus jugadores. En 1959 logran el campeonato en la Unión Riocuartense de Rugby contándose entre otros a su capitan Rubén Bonalgelino, Jiménez y Sánchez, Wester y Coria, Morillo, Righi, Gianinetto, Thomas, Covelli, Pautaso, Plizzo, Volmaro, Bernabé, Flores, quien escribe, Honnegger, González, luego vendrían las camadas más jóvenes con el Tito Sanz, Pavone, Rodríguez, Rossi Mercadal, Bravo, Campodónico...
Una institución señera en la historia de la ciudad, formador de amistad entre los suyos, su adversarios, hombres, forjados en la hombría de bien, con disciplina, desinterés, constancia, con solidaridad, al cual hoy se agregan sus mujeres de jockey sobre césped, verdaderas valuartes. En fin, una Institución que ha contribuido en gran medida a la formación de algunas generaciones de jóvenes imbuidos de valores espirituales que el rugby dispensa a quienes lo practican.
Un emotivo recuerdo a los que ya no están y de manera particular a mi capitán Rubén Bonangelino, David Sánchez y otros que nos dejaron su recuerdo, al mismo tiempo que un recuerdo a mi maestro Roberto Severino, a todos los que compartieron conmigo aquellos años, a las nuevas generaciones que hoy pueblan su cancha y un afectuoso saludo a estas jóvenes que hoy engalanan al Club de una manera admirable.
Los tengo a todos en mi corazón.
Eduardo Negro Bonoris
De los campeones 1959