Escribe Juan Manuel Gorno

 

Tan cambiante como el partido quedó la sensación de Alumni después del empate 2-2 ante Alianza, en Coronel Moldes.

El equipo villamariense estuvo cerca de ganar y de perder; tuvo momentos interesantes y otros preocupantes, mostró actitud y a veces anduvo desanimado. Y todo derivó en la suma de un punto que se miró desde diferentes ópticas.

Es que Alumni parecía tener un panorama favorable para llevarse algo más del estadio de Toro.

En un partido que se tornaba parejo y de muchos minutos de estudio entre ambos, la apuesta de Héctor Arzubialde por la presencia de un enganche parecía surtir efecto cuando, a los 23 minutos, Mikhail Colombo, en su primer partido como titular, abasteció a Federico Chiocarello para establecer el 1-0 en el partido. Fue tras la primera gran maniobra colectiva seria del elenco visitante, que comenzó con Sebastián Godoy limpiando para Villa, quien tocó abierto para la corrida de Colombo, este metió el centro pasado y el “Tanque” de Las Varillas se encargó de meterla de cabeza para continuar con su buena racha.

Alianza, que no encontraba circuitos de juego, sintió el impacto y atacó desesperadamente, generando situaciones por arrebatos individuales que no terminaron en gol por la impericia para el gol del delantero Juan Reynoso, que se lo perdió tres veces, ante el fastidio de la gente.

Por entonces Alumni no tuvo la jerarquía para saber controlar los tiempos y defenderse con la pelota. Colombo y Godoy fueron intermitentes y la posesión quedó en poder del local, que buscó con el oficio de Juan Zalazar y la habilidad de Fabio Constantini.

El problema para la formación dirigida por Néstor Billalva se agigantó a los 42 minutos, cuando Facundo Tello, quien había sido amonestado por una fuerte falta por Chiocarello, terminó expulsado por otro golpe sobre Conrado Besel.

No obstante, Alianza reaccionó ante la adversidad y Alumni no aprovechó esa situación, por el contrario, retrocedió rápido, pero se ordenó tarde en defensa. Y eso fue letal.

En los últimos minutos de la etapa, primero Constantini (a los 46’), tras pase de Tommasini, y luego Guido Rancez, de cabeza (a los 49), convirtieron para dar vuelta el marcador de manera increíble.

Con semejante panorama, para el segundo tiempo, Arzubialde pateó el tablero y cambió nombres y esquema. Emanuel Bolzicco remplazó al irresoluto Conrado Besel y Patricio Peñaloza entró por Franco Gozzerino para jugar como volante por derecha. Entonces quedaron tres atrás, con Germán Rivera como líbero, y cuatro volantes (con Liendo retomando su habitual posición de volante central) acompañando al enganche Colombo.

Alianza se dedicó a defenderse cerca de su arco cuando no tuvo la pelota para tratar de cerrar los caminos, pero el ataque de Alumni se acentuó cuando ingresó Lionel Strumia para juntarse con Colombo y Liendo. Y también cuando Peñaloza entendió que podía ser punzante por afuera, haciendo alarde de su velocidad para penetrar entre defensores más lentos.

El pibe fue clave cuando, a los 26, recibió de Liendo y metió el centro pasado que Bolzicco, por el segundo palo, transformó en gol con un cabezazo de pique al suelo.

El 2 a 2 se ajustaba a la realidad de un partido que tenía un mayor protagonismo de Alumni, esta vez por posesión y actitud para salir a buscar el triunfo.

Alianza quiso reaccionar, pero el elenco villamariense generó un par de situaciones más como para quedarse con la victoria, una de las cuales fue muy clara y estuvo en el cabezazo de Chiocarello que sacó el arquero Airaudo, volando sobre la derecha.

El pitazo final encontró a Alianza volcado al ataque, pero más por corazón que por ideas. Y Alumni terminó sumando un punto, cuando quizás se lleve la sensación que lo podría haber ganado, ya que jugó con uno más durante un tiempo completo y algunos minutos.

Lo positivo es que Arzubialde pareció encontrar algunas respuestas en el esfuerzo de los que no suelen jugar seguido y piden pista. Chicos que reflejan que Alumni, con sus limitaciones, sigue mirando al futuro, aunque no suba en la tabla.