Detrás del exitoso lanzamiento del satélite geoestacionario de telecomunicaciones Arsat-1, se sumaron cientos de voluntades de profesionales argentinos que hicieron realidad el proyecto aeroespacial.
Entre los que brindaron su aporte para la consecución del logro figuran jóvenes ingenieros que se formaron en la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Villa María.
El ingeniero mecánico Leandro Colombano es uno de los graduados tecnológicos que se inscribió en el histórico logro, desarrollando tareas en la empresa Investigaciones Aplicadas (INVAP) Sociedad del Estado.
Leandro, nacido en la localidad de Luca, tras recibirse en 2012 aceptó la propuesta laboral de la firma de alta tecnología con sede en Río Negro y actualmente está radicado en la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Precisamente desde territorio barilochense, el profesional con raíces académicas villamarienses participó del lanzamiento y puesta en órbita del primer satélite argentino
“Estamos todos muy contentos con mis compañeros, ya que fueron muchas horas de trabajo para ver que todo lo referido a la puesta en órbita del satélite se concretara finalmente con éxito”, manifestó Colombano.
“Desde que llegué a San Carlos de Bariloche trabajé en un área que se denomina estructuras y mecanismos que se dedica a todo el formato estructural de la Agencia Aeroespacial del Gobierno en cuanto a satélites y radares”, especificó.
Vale destacar que el grupo donde se desempeña Leandro se encarga de hacer todas las estructuras que demanda el satélite, los análisis, ensayos y otras actividades relacionadas con el diseño también.
“Puntualmente estuvimos trabajando con equipos de soporte en tierra y movimientos del satélite. Eso es a lo que nos dedicamos desde que llegamos acá y puedo afirmar que se ha realizado un buen trabajo”, enfatizó.
“Considero que Argentina al poder tener su propio satélite, reafirma su soberanía en el ámbito de las telecomunicaciones y la defensa del territorio nacional”, indicó el entrevistado.
“Hoy por hoy, los satélites de observación junto a los radares civiles y militares se están haciendo en nuestro país. Creo que esto es una decisión estratégica en un aspecto tan vital para el país como lo es la preservación”, sostuvo.
“En cuanto a las telecomunicaciones, con el Arsat-1 evolucionamos de tener el servicio concesionado a una empresa extranjera hasta, dentro de pocos días, poder decir que la tecnología la manejamos nosotros, los argentinos”, añadió el ingeniero mecánico.
Respecto al devenir de la actividad que lo tiene como protagonista, Colombano precisó que “la empresa todavía está vinculada, incluso restan por hacerse ensayos en órbita sobre el satélite y posicionar el satélite a su ubicación específica, llevando al mismo hacia su punto geoestacionario”.
“Nuestro grupo ya terminó de operar en este proyecto, pero ya estamos abocados al lanzamiento del Arsat-2 previsto para mediados de 2015”, subrayó.
Respecto a su trayectoria como estudiante de la UTN Villa María, Colombano manifestó que “las carreras ofrecen un horizonte laboral muy amplio, que muchas veces uno no puede imaginarse dónde va a terminar”.
“Siempre me llamó la atención lo que es el diseño y traté de seguir los trabajos que por sus características podía desarrollar. Cuando se presentó la oportunidad de ingresar a INVAP fue difícil la decisión porque debía venir a vivir muy lejos, pero persiguiendo esa vocación que tengo no quedó otra que hacer el esfuerzo y bueno, acá estamos, trabajando muy contentos por los logros alcanzados”, resaltó.
Para concluir, el reporteado destacó la labor de otros ingenieros formados en la Tecnológica villamariense que brindaron su aporte para la concreción de la iniciativa aeroespacial.
“Somos muchos acá en el sur, diseminados en varios proyectos, pero es bueno tener a los compañeros cerca para poder contar con ellos”, concluyó.
“Mejor de lo planeado”
“El satélite anda mejor que lo planeado en algunas cosas, como, por ejemplo, en la puesta en órbita hecha por el cohete, que lo dejó donde lo tenía que dejar: pasando los 36 mil kilómetros y con una diferencia de menos de un kilómetro, una cosa insólita”, explicó el directivo del INVAP, Héctor Otheguy, en declaraciones reproducidas por la agencia Télam.
Otheguy afirmó que la principal ventaja de la construcción y puesta en órbita de este satélite es que la telefonía celular, Internet y la televisión digital puedan “llegar a todos los lugares del país, independientemente de cuán lejana, inaccesible o pequeña sea una población”.
El directivo aclaró que el satélite es ciento por ciento argentino, “porque la ingeniería, la materia gris que se necesita, eso lo ponemos nosotros”, lo que no quita que “cuando se trata de un componente en particular, se puede comprar aquí o afuera o desarrollarlo”, ya que “no hay ninguno de nuestros competidores que fabrique todos los elementos porque no tendría sentido”.
“El desarrollo total del sistema desde la concepción, desde la hoja en blanco, es argentino y está basado fundamentalmente en la experiencia que teníamos en la empresa de cuatro satélites de observación de la tierra, el último de los cuales se lanzó hace tres años y está operando perfectamente”, contó.
Otheguy, a manera de conclusión destacó además el crecimiento de la empresa y la fuerte apuesta en ciencia y tecnología del estado nacional, que permite realizaciones como ésta.
“En el año 2003 éramos 320 personas en el INVAP: hoy cuadruplicamos la cantidad de gente, el 85% son profesionales y técnicos altamente especializados”, concluyó.