Las tablas de posiciones de robos de mercaderías muestran una preocupante actividad delictiva que no cesa. A través de las estadísticas de los últimos años se advierte que, pese a los gastos en prevención y seguridad que invierten las empresas, el flagelo sigue y no es temerario decir que va de la mano de sugestivas complicidades que en algunos casos fueron descubiertas así como evidentes zonas liberadas.
Los sectores más vulnerables son la Capital Federal, con el 30%; el Gran Buenos Aires Sur, con el 25%; entre el Oeste y el Norte suman el 24% y el interior del país, un 22%.
En cuanto a los productos elegidos, encabezan las mercaderías generales con el 34%, seguidas de alimentos con el 17%, indumentaria 10%, electrodomésticos 6%, y lácteos, quesos bebidas, carnes y pollos, en conjunto, 14%. Los medicamentos atraen a un 2% de los ladrones, igual que el calzado.
No hay datos sobre porcentajes de esclarecimiento de los hechos y recuperación de productos. Hay quienes “se autoaseguran” y otros descansan en el respaldo de las compañías aseguradoras.