En cuanta actividad posemos nuestro análisis, encontraremos indiscutidos motivos que sostienen la certeza de que los pilares más sólidas del trabajo y la producción están en el interior del país. Sea en el rubro empresarial como en la producción agrícola, ganadera, forestal, siderúrgica, petrolera, comercial e industrial.
No dejaremos de reconocer que grandes empresas, generalmente de origen extranjero, tienen su centro operativo en la Capital Federal y extienden su operatoria al interior a través de sus redes de comercialización. Pero justo es reconocer los méritos de los visionarios que cimentaron emprendimientos sustentables en el tiempo, basados en la solidez de sus mentores y el trabajo de la gente que confió en ellos.
Algunas empresas de todo tipo, no solamente del seguro, pagaron tributo a lo imprevisto que las llevó a desaparecer, producto de los vaivenes que sacudieron -y sacuden- las estructuras sobrepasadas por la inestabilidad económica y desaparecieron de la noche a la mañana.
Hoy, la complejidad de los sistemas de inestabilidad en todo el mundo, no solamente en la Argentina, jaquea hasta a las empresas más sólidas de América y Europa, pero cuando existen reservas humanas como las de muchos emprendedores de nuestro país, comprometidos con la gente y la sociedad en su conjunto, hay esperanzas de un auspicioso futuro.
Más obligaciones para el sector
Si bien puede significar algún escollo, no está mal que la Superintendencia de Seguros de la Nación acentúe los requerimientos para autorizar nuevas empresas del ramo, así como para la transferencia de acciones y aportes de capital. A ello se suman mayores controles e información confidencial sobre los directores y miembros de los órganos de fiscalización y gerentes de las empresas involucradas.
Se procura transparentar los orígenes de los capitales y fondos a incorporar en la operatoria.