La camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una condena de tres años de prisión de ejecución condicional a un pintor de obra que estaba acusado de vender drogas al menudeo en una vivienda de barrio Belgrano y ordenó su inmediata libertad, la que se efectivizó ni bien concluyó el juicio.
En la segunda y definitiva audiencia de debate, Enrique Maximiliano Cabral fue hallado culpable de “tenencia de estupefacientes” como consecuencia de haberse encontrado en su poder una pequeña cantidad de cocaína cuando la Policía allanó la habitación que ocupaba junto a su madre y su concubina, en una pensión ubicada en Arenales 1171, en el populoso barrio villamariense.
Cabral, de 33 años (nació el 21 de junio del año 1981), había llegado a juicio imputado como presunto autor de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, un delito que es reprimido con prisión de cuatro a 15 años. Sin embargo, no se pudo probar fehacientemente que haya vendido la droga que “entregaba” a quienes lo visitaban a diario en la finca de barrio Belgrano.
El ahora liberado pintor fue detenido el 17 de mayo de 2013, luego de una serie de averiguaciones practicadas por efectivos de la División Drogas Peligrosas de la Unidad Departamental General San Martín, quienes determinaron que uno de los moradores de la pensión vendía cocaína al menudeo (en pequeñas cantidades), sobre todo al anochecer.
El personal policial inició un seguimiento de lo que sucedía a diario en dicho inmueble, al que en forma habitual concurrían diferentes personas que entablaban contacto con Cabral en la vereda y luego se retiraban.
En aquel allanamiento, los investigadores detuvieron al sospechoso y secuestraron una escasa cantidad de droga, al tiempo que interceptaron a dos potenciales compradores y un tercero que circunstancialmente llegó cuando se estaba desarrollando el operativo.
Sin embargo, al momento de declarar en el juicio, los presuntos “clientes” de Cabral negaron haberle comprado cocaína, sino que su “amigo” se la entregó, por lo que no se pudo determinar que el acusado haya actuado con fines de comercialización.
En la víspera se receptó el último testimonio (el lunes declararon seis personas, entre ellas dos policías) y posteriormente alegaron el fiscal Francisco Márquez y la defensora oficial Silvina Muñoz.
El titular del Ministerio Público mantuvo la acusación original y solicitó una pena de cuatro años de prisión efectiva para Cabral por considerarlo autor del delito que se le atribuía originalmente, mientras que la asesora letrada reclamó la absolución de su defendido y subsidiariamente pidió que se le impusiera una condena de un año de prisión en suspenso por “tenencia simple de estupefacientes”.