Escribe Juan Manuel Gorno
(enviado especial)
En el escalón de las épicas que se guardan en el cajón de la gloria, donde el material es más valioso que el oro, Alumni sumó anoche un nuevo elemento que será inolvidable: en el mítico Mario Alberto Kempes, escenario de los grandes de Córdoba, eliminó a Talleres de la Copa Argentina y desató un festejo alocado.
La victoria roja y blanca llegó por intermedio de los penales, como para acentuar la angustia albiazul, después de haber empatado 2-2 en los 90 minutos reglamentarios.
Facundo Depetris, justo en el día de su cumpleaños, metió el tiro del final en la serie de penales y todos salieron al área a celebrar el pasaje histórico a la siguiente instancia del certamen nacional.
Previamente, cuando parecía que todos andaban dulces en la definición, el arquero Gerardo Godoy pudo atajar uno, volando sobre la derecha. Y de ahí en adelante se pudo reflejar lo que se había anunciado: Alumni festejó por hombría y personalidad, signos vitales para sacar adelante este tipo de desafíos que, para muchos, parecen imposibles.
Es que más allá de los penales, el equipo villamariense tuvo el mérito elogiable de haberle empatado a un grande del interior del país que, además, se encuentra en una categoría superior del fútbol argentino.
Y el empate, como se esperaba, fue sufrido, trabajado, con partes de incertidumbre, pero no carente de sacrificio ni de actitud, con jugadores que nunca habían pasado por el Kempes y, sin embargo, demostraron ganas de querer llegar al éxito.
Si bien empezó dubitativo, el equipo villamariense jamás tuvo la palabra rendición en su lenguaje, aun cuando parecía que Talleres podía transformarse en un cuco, sobre todo en el segundo tiempo, cuando el elenco local dio vuelta el marcador en apenas dos minutos.
Es que Alumni había comenzado a sorprender en el primer tiempo, poniéndose en ventaja merced a una definición exquisita de Emanuel Bolzicco, a los 17 minutos, cuando ganó en velocidad tras un pase largo de Depetris y, con un toque de emboquillada, batió al arquero Danilo Lerda, que salió desesperado y quedó a mitad de camino.
Previo al gol fortinero, Talleres marcaba una tendencia: era el dueño de la posesión, jugaba en campo contrario y soltaba a sus laterales al ataque, pero en el momento en que necesitaba cambiar el ritmo en los últimos metros, fallaba en el toque final o chocaba contra un vallado defensivo de Alumni que se basaba en la concentración absoluta. Entonces Diego Martínez no podía refrendar su calidad de centrodelantero y veía cómo sus compañeros lateralizaban sin profundidad clara.
El negocio de Arzubialde, que había armado un dispositivo prolijo para sacar provecho del error rival, se tornaba redondo con el gol de Bolzicco. Pero quedaba mucho por delante. Por eso Alumni aguantó cerrando espacios, mientras Talleres deambuló sin peligro, salvo algunos remates de larga distancia.
La historia cambió en el arranque del complemento, con un Talleres más agresivo y más rápido, guiado por la luz de Ezequiel Barrionuevo.
A los 9 minutos, el volante metió un centro preciso y habilitó a Martínez, que cabeceó al empate. Y a los 11 m, el ex-Sportivo Belgrano sacó un disparo violento que se desvió en Rivera y descolocó al arquero.
El 2 a 1 del local parecía desatar una fiesta ajena muy conocida por Alumni, pero el sacrificio villamariense no fue negociable, por el contrario, significó bastante cuando el local bajó el ritmo. En ese sentido, fue clave el ingreso de Sebastián Godoy, quien le puso a Bolzicco un pase largo y justo, el delantero la peleó y recibió una falta. El árbitro cobró penal y el propio “Sebas” colocó el 2 a 2 que sólo se puso en riesgo un par de veces, por la presencia intimidante de Martínez (con un cabezazo cruzado) y un remate desviado del ingresado Emanuel Reynoso.
Cuando sonó el pitazo final, el murmullo se apoderó de la parcialidad albiazul. Y todo se magnificó minutos después, cuando acabaron los penales y un puñado de simpatizantes de Alumni revoleó camisetas, gritó a los cuatro vientos. Y saltó al ritmo de los jugadores para completar la noche más villamariense en Córdoba.
La figura
Emanuel Bolzicco
Fue vital para mantener a Alumni con posibilidades latentes en el ataque. Marcó el primer gol, en gran definición, y provocó el penal del empate. En Talleres, lo mejor fue Barrionuevo.
El árbitro
Carlos Córdoba
El santafesino Carlos Córdoba tuvo personalidad para cobrar el penal de Alumni y acertó en varias situaciones del partido. También amonestó adecuadamente.