Santiago Andrés Martín, dueño de La Casona, empresa que desde el viernes no abre sus puertas dejando a siete empleados sin cobrar los salarios de septiembre y con la incertidumbre sobre el futuro, está inscripto en la AFIP como un contribuyente que gana menos de 25 mil pesos al año.
Evidentemente que ese monto está desactualizado, dado que es difícil que alguien con esos bajos ingresos pueda ser responsable de empleados a su cargo.
Sus registros económicos dan cuenta de que tiene deudas que son anteriores a la compra del tradicional comedor de la calle 25 de Mayo. Tiene, por ejemplo, acreencias con Rentas provinciales por un vehículo registrado a su nombre y también cheques “rebotados” por falta de fondos que datan de 2012.
El joven, oriundo de Los Surgentes, indica en su perfil de Facebook que estudia en la Universidad Nacional de Villa María y que además integra el equipo de rugby.
Según pudo conocer este medio, hace algunos meses que no abona el alquiler del local comercial y desde que se hizo cargo no habría dado los resultados económicos que esperaba.
Sin embargo, más allá del éxito o fracaso de una empresa, lo que cuestionan los trabajadores fue que cerraron de un día para otro dejando deudas que para un empleado revisten carácter alimentario. Hasta ahora, lo único que tienen es la promesa de que cobrarán el viernes.