El docente y escritor Sergio Basualdo presentó anteanoche el libro “Gente de mi ciudad”, en el que plasma datos, anécdotas e historias de 67 vecinos de la localidad, así como también refleja la trayectoria de 26 instituciones y describe doce barrios.
La publicación, declarada de Interés por el Concejo Deliberante de Villa Nueva y de Interés Provincial por la Legislatura, tiene 307 páginas. “Cuando terminé el primer libro, que comprendía a los diferentes barrios de la ciudad, sentí que había algo más que dar, que algo le debía a la localidad y consideré que era tener que hablar de toda la gente importante que tenemos”, dijo al recibir a EL DIARIO en su casa. “Ningún ciudadano es más importante que otro, pero me tomé el atrevimiento de elegir a algunos en particular, en base a destacarse en diferentes áreas. Los fui entrevistado, anduve mucho, recorrí bastante”, comentó satisfecho.
“Son artistas, deportistas, vecinos comunes que no necesariamente tienen su profesión y son personajes. Algunos están con vida y otros ya no. O están pero la sociedad no los conoce, porque tienen bajo perfil y no les interesa estar divulgando lo que hacen”, ilustró.
A Basualdo se le iluminaba la mirada cada vez que describía cómo fue haciendo el libro. “Leo todo lo que sale en los diarios. EL DIARIO supo tener un suplemento muy bueno sobre la ciudad. He recopilado fotografías de diversos lugares y hay vecinos que me han traído sus imágenes. Después hay otros que han fallecido y lamentablemente perdí el rastro de sus familias”.
Entre los barrios que abarca esta publicación, incluyó al privado Los Algarrobos. Y en cuanto a las anécdotas que le dejó la etapa de recolección de datos, se destacó lo vivido en El Vallecito. “Quería conocer de dónde surgió el nombre. Encontré un viejito macanudo, que era un libro abierto. Me contó que cuando llegó a ese sector no había nada y que había hecho la promesa de ir a la Difunta Correa, en donde se enteró que se llamaba El Vallecito”, explicó.
“En estos años me enterré en los barrios para hablar con la gente”, graficó en otro momento de la charla. “La ciudadanía es agradecida. Es increíble que cuando uno se acerca y les dice que quiere contar su historia para un libro, se emocionan y se abren, te muestran y te cuentan todo”, añadió.
“Yo no tengo un fin comercial con esto. No quiero pasar por la vida sin dejar una huella para mi gran ciudad, algo que aprendí de Pablo Granado”, comentó y agregó que siente placer al escribir, “una pasión que heredé de mi padre, que era un gran lector y que escribía cuentos, cuyos personajes eran ficticios pero las historias estaban basadas en hechos reales”.
Hay 500 ejemplares de su nuevo “hijo” en la calle. “Solicité en abril una ayuda económica al municipio pero todavía no llegó. Para algunos gobiernos la cultura es tirar la plata y no una inversión”, tiró al pasar. También solicitó apoyo al Fondo Nacional de las Artes y “dicen que llegará sí o sí”.
Casi sobre el final, le preguntamos cómo definiría a los villanovenses, luego de haber dialogado largo y tendido con varios de ellos para inmortalizarlos en esta creación. “Creo que están ante un gran cambio”, dijo en primer lugar y luego se permitió deslizar una crítica: “En algunos casos, la gente adulta, mayor, parece haberse quedado en el tiempo y no les da paso a la gente nueva. Otros sí le dan espacio a los jóvenes, pero hasta ahí nomás”.
Cómo conseguirlo: en la Biblioteca Altamira y en la imprenta Ediciones Cristianas de calle Córdoba.