Escribe: Pablo Luna Broggi
Unión Central aún mantiene intacta la idea primaria de comienzo de temporada: ser protagonista en todos los partidos y clasificar cuanto antes para dar pelea. El conjunto de calle Rucci no se siente menos que nadie y lo volvió a demostrar, venciendo 2 a 1 a San Lorenzo de Las Perdices.
En un partido “flojo” futbolísticamente, los dirigidos por Jorge Negrette revirtieron un resultado que le era esquivo, se alejaron de los equipos que lo persiguen por detrás y alcanzó al “Fortinero”, que juega hoy, en la tabla de posiciones de la Zona B.
El fastidio generalizado en los protagonistas, producto del calor reinante, provocó un pobre espectáculo. No pasaba nada de nada. El balón estaba más fuera que dentro del campo.
Sin embargo, la primera emoción se produjo en la apertura del marcador por parte del elenco visitante. Un balón enviado desde la línea defensiva cayó en los pies de Nicolás Angaramo y el hábil mediapunta perdiceño viró hacia su izquierda para sacar un potente remate que hizo inútil la estirada de Ambrossio.
El “Azulgrana” era un poco más que su rival y lo iría justificando con el correr de los minutos. El análisis final de los primeros 45 minutos, dejarían mejor parado a los de Montemarani, por lo realizado futbolísticamente.
En el descanso, el local no sólo regó el maltratado campo de juego, sino que también hizo un “lavado” en las cabezas de los jugadores para “refrescarles” las ideas.
Las palabras de Negrette surtieron efecto y fue así que el empate llegó al minuto de comenzada la segunda etapa. Paul Marinelli pifió un remate con intenciones de arco, pero habilitó a Leandro “Chapu” Ledesma que no tuvo más remedio que poner el uno a uno.
Luego de la igualdad conseguida por los villamarienses, los visitantes decrecieron bruscamente en su nivel de juego y nunca más pudieron ni supieron cómo llegar a inquietar a Ambrossio.
Una roja a Moyano y cinco minutos de descanso para tomar agua, no fueron suficientes para frenar el ímpetu de Unión en su búsqueda por la victoria.
Remates desde larga distancia, cabezazos que rozaban los laterales del arco, centros que caían una y otra vez, preveían lo que vendría pasados los 30 minutos.
Una incursión de Paul Marinelli en el área rival bastó para que Gastón Scagliarini lo bajara y el árbitro José Díaz decretara penal. Cristian “Coco” Reinoso se hizo cargo de la pena máxima y la convirtió en gol con un potente remate a un costado del arco defendido por Luciano Pereyra.
Los últimos 10 minutos estuvieron de más. No pasó nada, como en la mayor parte del encuentro. Lo único para destacar en este lapso de tiempo fue la expulsión de Scagliarini, quien se fue a duchar antes de tiempo por doble amonestación. Una roja merecida, pero tardía, ya que debía haberse ido mucho antes producto de una infantil agresión hacia Delfino, que el árbitro cordobés obvió.
Unión ganó un partido importantísimo y los festejos finales así lo demostraron. Cuando el fútbol no aparece, la personalidad y la convicción hacen el resto. La trabajosa victoria de Unión Central fue producto de un conjunto que está seriamente enfocado en lo que pretende y será posiblemente un duro rival en play off, lugar de privilegio al que quiere acceder cuanto antes.
La figura
Rodrigo Solís
Se mostró muy firme en el mediocampo durante todo el encuentro. Fue el nexo vital entre la defensa y el ataque. También la habilidad de Paul Marinelli volvió a ser decisiva para Unión Central.
El árbitro
José Díaz
Dirigió bien, pero debió expulsar antes a Scagliarini, a los 9 minutos del segundo tiempo, cuando le pegó un codazo a Delfino y le partió el labio.
