Si bien apenas pudo sumar un punto que no parece mejorar su situación en la tabla, Alumni le agregó anoche una cuota más de confianza a su momento, al completar una semana de visitante sin derrotas, ya sea en Copa Argentina como en Federal B.
Ante Atenas, en Río Cuarto, el equipo dirigido por Héctor Arzubialde cumplió un buen encuentro y terminó empatando sin goles en el arranque de la segunda rueda de la fase preliminar del Federal B.
El futuro dirá si el resultado de anoche sirvió, aunque lo valioso estuvo en la personalidad que adquirió con los dos partidos anteriores (igualdad en Coronel Moldes y luego clasificación histórica ante Talleres), algo que se manifestó en el duelo ante Atenas, que también llegaba entonado por su buen presente en el certamen.
Con el mismo 11 inicial que salió ante Talleres, el equipo villamariense impuso autoridad desde el principio para batallar en su campo para salir rápido. Y al minuto de juego nomás, generó la primera situación clara cuando Joel Manzanares encaró y habilitó a Federico Chiocarello, quien pisó el área y sacó el remate que alcanzó a tapar con lo justo el central Cristian Acosta.
Once minutos más tarde, otra vez Alumni fue quien mejor entendió el juego y puso de cara al gol al centrocampista Leonel Strummia, pero el arquero Emanuel Testa, rápidamente, tapó en el mano a mano y empezó a demostrar que iba a ser complicado quebrarlo.
Hasta allí, se evidenciaba que la formación de Arzubialde, sin tener demasiado la pelota, era más punzante, más profunda, ante un rival que intentó controlar el juego en campo contrario, pero careció de opciones para alcanzar profundidad.
Recién después de los 20 minutos, Atenas encontró un resquicio detrás de las espaldas de Maximiliano Villa y de frente a Federico Depetris, por donde fue importante el traslado peligroso de Alvaro Cuello, apuntalado por las subidas constantes del lateral Néstor Salgán.
En esos momentos Alumni sufrió dos enviones de riesgo de Atenas, pero primero Baigorria se lo perdió con un remate desviado, en la puerta del área, y luego el veloz Leonardo Piris, en combinación con Martín Cabrera, no pudo vencer la seguridad de Gerardo Godoy, el hombre que, desde el arco visitante, también se tornaba imposible de batir.
Más allá de esos minutos de zozobra, en un reducto chico, el elenco villamariense logró acentuar su ritmo y no perdió la concentración en defensa, donde Germán Rivera (insultado por los locales, por su pasado en Estudiantes) se encargó de los cierres precisos, bien acompañado por Nahuel Caler.
El trabajo colectivo casi se magnifica a los 30 minutos, por la jugada más peligrosa del partido que empezó con el toque de Liendo y siguió con el remate de Villa, pero Testa tapó magistralmente abajo y Diego Mancilla, desesperadamente, alcanzó a sacarla prácticamente en la línea.
Después de un primer tiempo intenso, de ida y vuelta, Atenas intentó una reacción en el complemento, sumando más gente al ataque y utilizando más los pelotazos cruzados, con sus delanteros abiertos.
Alumni empezó a sentir el trajín de la semana, pero Arzubialde buscó mantener el nivel con los cambios, entre los que estuvo el pibe Peñaloza, que preocupó con sus arranques por el sector derecho.
Más allá de un tiro libre de Acosta que pasó cerca, a los 4 minutos de la etapa, lo mejor de Atenas estuvo entre los 25 y 30 minutos, lapso en el que tuvo a Piris cerca del gol y en el que debió trabajar más de la cuenta el arquero Godoy.
De todas maneras, la jugada más riesgosa fue de Alumni, con un pase perfecto de Strumia para Conrado Besel, quien alcanzó a llegar, pero se topó con un arrebato rápido de Testa.
Dio la impresión que, en esa jugada (donde Alumni pidió penal), sobre el final del encuentro, el triunfo podía viajar para Villa María. Sin embargo, el 0 a 0 se ajustó a la realidad, premió la noche de los arqueros y dejó en claro que no hubo grandes diferencias entre unos y otros.
