El terraplén con el que el Estado prevé frenar el avance de las aguas del río Ctalamochita hacia el casco urbano de Villa Nueva (en caso de repetirse una creciente de la magnitud registrada el verano pasado) quedó en suspenso. Así lo confirmó ayer EL DIARIO al recorrer la obra durante horas de la mañana.
El canal y su correspondiente montaña de tierra en sus orillas quedaron inconclusas a aproximadamente 200 metros de la ruta provincial 2, la que debe atravesar por debajo para evacuar las aguas en dirección al antiguo Zanjón, como se lo conoce a un viejo brazo del río.
“Desde hace dos semanas no hay movimientos. Ya se llevaron las máquinas, todo”, contó un hombre del sector que fue consultado por este matutino en el lugar.
El ciudadano comentó que la parálisis de la obra se debe a la falta de acuerdo entre la comuna y el campo por el cual debe seguir el terraplén hasta alcanzar la ruta.
Esta versión fue confirmada luego oficialmente por el concejal y exsecretario de Gobierno, Natalio Graglia. “Estamos trabajando en destrabar la cuestión. El propietario del campo no ha querido y la situación se torna urgente”, admitió el edil, quien deslizó que en este contexto se podría plantear “una cuestión de urgencia” y avanzar sobre esos terrenos.
Una obra necesaria
La realización de este terraplén fue planteado como “necesario” por el municipio para evitar que un desborde del cauce del Ctalamochita, como se registró en febrero pasado, golpee nuevamente a las zonas densamente pobladas de la localidad. No obstante, esta obra no viene a atender las desventajas en la que se halla el barrio Villa Oeste, ya que el terraplén nace luego de ese sector (si se observa en dirección en la que corre el río).
Desde la orilla del Ctalamochita, la montaña construida atravesó campos pertenecientes a dos familias, las que permitieron estos trabajos aparentemente sin recibir nada a cambio, según lo que pudo saber este medio en la víspera.
De acuerdo a lo observado en el lugar ayer, el canal tiene cerca de dos metros de profundidad y en algunos tramos unos cuatro o cinco metros de ancho.
Además, las montañas que hacen de contención del agua -para evitar que en caso de desborde pase hacia los demás barrios de la Villa- “están un poquito por encima del nivel de la ruta 2”, según lo apuntado por Graglia.
Por el momento, el terraplén llegó hasta un camino rural de tierra, el que divide dos campos, precisamente desde uno de los cuales sus propietarios han vedado el paso al Gobierno.
Allí deberán colocarse unos tubos para que el agua atraviese el camino y siga su curso rumbo a ruta 2, a la que pasará también por tubos que fueron colocados este año luego de la terrible creciente del río. Y desde allí sí iniciará su último tramo hacia el Zanjón. Cabe consignar que ayer esa zona del otro lado de la ruta provincial no se encontraba en condiciones de evacuar agua.
La obra es desarrollada por una empresa villamariense y financiada por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, la que la autorizó al ser responsable del Ctalamochita.