Hace casi 30 años que el psiquiatra acusado de pedófilo, Richard Gardner, definió el “Síndrome de Alienación Parental” o SAP.
El concepto no obtuvo aval científico, sin embargo fue “prendiendo” en algunos países de América Latina y en España como “una ideología que protege a los abusadores de niños”, indicó Graciela Dora Jofré, la abogada especialista en el tema.
Invitada a disertar sobre SAP, la jueza de Paz de Villa Gesell estuvo ayer en esta ciudad. Antes de la charla habló con los medios sobre el tema.
-¿Qué es el “Síndrome de Alienación Parental (SAP)”?
-El SAP es una mentira absurda que trata de dar respuestas simples a situaciones complejas. Fue promovido en nuestro país por un artículo de un exjuez y básicamente se sustenta en el concepto de que a los niños se les puede llenar la cabeza para que relaten situaciones de incesto o de violencia. Entonces, lo que hay que hacer, según esta ideología, es aislar al niño, separarlo de la madre y reivindicar a ese padre denunciado por incesto.
Cuando ingresa esta ideología en nuestro país, se invierte la carga de la prueba y en lugar de investigar al imputado, al verdadero agresor, se sospecha del adulto no abusador que protege al niño.
Esto provoca lo que en criminología se entiende como “cifra negra”, es decir, la que no llega a la Justicia, la que no se denuncia, y en consecuencia, causa la impunidad del abusador.
Si uno lee el artículo que promueve el SAP en Argentina, se ve que trata de sugerir que las denuncias son una confabulación de las madres despechadas por un divorcio que les llenan con inventos la cabeza a sus hijos. Es un absurdo.
-¿El SAP está avalado formalmente?
-No, ni por las leyes argentinas ni por la comunidad científica. Hay un libro de Sonia Vacaro que habla del “pretendido síndrome”, porque no se puede definir tampoco como síndrome. Es importante destacar que Gardner se editó sus propios libros, es decir, sin avales científicos, y que resultó ser funcional a la mafia de la pedofilia. Porque ya nadie duda de que si hay consumo, hay comercio. Entonces, si en nuestro sistema penal se empieza a creer en los relatos de los niños abusados, se va a lograr que en el tiempo se desestructure la impunidad de la pedofilia y del incesto dentro de la familia. Por eso, aunque no mencione las defensas de pedófilos el SAP, por la falta de credibilidad del concepto, se habla con otros términos, pero dentro de la misma ideología, descalificando a las madres, estigmatizándolas. Las hacen aparecer como las locas de la historia, cuando en realidad son las que están protegiendo como pueden a sus hijos. Las hacen aparecer como las que hacen negocios, cuando el promedio de las cuotas alimentarias es de 1.500 pesos.
En Australia hay un estudio bastante reciente que demuestra que es fundamental sostener al adulto protector para reparar y recuperar a las víctimas de los abusos.
Y hay que pensar que es importante recuperar a las víctimas, porque está demostrado que muchas jovencitas que vienen de situaciones de abuso y no son tratadas, se convierten en vulnerables para las redes de trata o padecen innumerables enfermedades.
-¿Hay estadísticas de abuso sexual infantil en Argentina?
-No, sería importante que hubiera. En los países donde sí se hicieron estadísticas dan cuenta de que el 20% de la población infantil ha sido víctima de abuso sexual. Para lograr esos informes, se basaron en encuestas anónimas, porque como hablábamos al principio hay una “cifra negra” que no se denuncia.
-¿El sistema legal argentino es favorable a que se escuche y se crea a los niños?
-No, por eso hay tanta impunidad. Y por eso pasan situaciones increíbles en las que abusadores condenados en juicio oral, con penas reducidas, provocando que las víctimas deban seguir cruzándose con ellos.
El otro tema grave es el de las revinculaciones, es decir, la intención de volver a vincular al padre abusador con el hijo.
Se fuerzan esos encuentros, lo que está relacionado con la ideología familista, que es la ideología SAP, que se funda en no visibilizar ni exponer lo que pasa en una familia. Lo que decimos es que una familia se constituye a partir de la ternura, del amor y de la protección. No es un búnker cerrado en el que puede pasar cualquier cosa.
-El Código Civil recientemente aprobado y que regirá a partir de 2016... ¿mejorará la situación?
-Directamente no está contemplado como debería, además, deja en una nebulosa la situación de la custodia compartida. Personalmente, no estoy de acuerdo con la custodia compartida cuando hay denuncias de incesto y de violencia, porque esto va a llevar a revinculaciones forzadas, a secuestros de niños y a afectaciones de los derechos humanos de los niños y de mujeres que son víctimas de delitos. Deberían contemplar esos casos.
Así como no se puede hablar de revinculación en estos casos, tampoco es viable la mediación. Lo que es muy bueno en casos de divorcios sin esta problemática, en casos de incesto y violencia, hablar de mediación es siniestro. Pero esto no es sólo en Argentina, también se da, por ejemplo, en España. En ese país se aplican las “casas de encuentro”, que son verdaderas salas de tortura donde se obliga a los niños a hablar con sus abusadores. Genera situaciones trágicas.
También hay algunos estados de Estados Unidos que obligan a esos encuentros. Es tremendo, está dentro de la ideología SAP.
-¿Hay mujeres que intentan convencer a sus hijos de hacer falsas denuncias de abuso?
-Las estadísticas mundiales hablan del 0.02% de falsas denuncias. Entonces, si tenemos un criterio estadístico, no hay que dejar de creer a los hijos porque en el 0,02% de los casos puede estar inducido a mentir.
Puede existir, no hay que negarlo. Pero hay que empezar a utilizar el sentido común, cuántas madres expondrían a sus hijos a realizar estas denuncias si no fueran ciertas. Por eso, el criterio que debe primar es creer a la criatura.