El prestigioso abogado cordobés Miguel Ortiz Pellegrini opinó ayer que, más allá de la responsabilidad civil que pueda recaer sobre los organizadores del evento, “hay una responsabilidad penal, porque se entregó droga al momento del ingreso”, y a raíz de esos excesos hubo una muerte.
“Lo menos que hay acá es un homicidio culposo”, aseguró el abogado de la familia de Francisco Javier Mignola, el joven villamariense que murió luego de participar en una fiesta electrónica clandestina en la estancia “El Silencio”, ubicada a 15 kilómetros de la ciudad de La Falda, en las sierras cordobesas, el pasado fin de semana.
En diálogo con los medios de prensa de Córdoba, Ortiz Pellegrini sostuvo que intentará que la Justicia le tome declaración a la mamá de Francisco, Noemí Bongiovanni, ya que “logró recabar por su cuenta información y testimonios de personas que asistieron a la fiesta”.
Uno de los datos que Bongiovanni recabó es la entrega de pastillas de éxtasis que estaban “incluidas en el precio de la entrada”. Y si bien desde un comienzo se sospechaba la posibilidad del consumo de drogas dentro del espacio donde se realizó la fiesta, esta nueva circunstancia agravaría la situación procesal de quienes organizaron el evento.
“El pago de la entrada eran 100 pesos, había alrededor de mil personas y en la puerta les daban una pastilla de éxtasis, como preparándose para pasar los dos días”, señaló el letrado.
Sin embargo, desde la Fiscalía desmintieron esta versión, hablaron de 150 personas y que en el expediente no se nombró, al menos hasta el momento, la palabra éxtasis.
Paro cardíaco
Cabe recordar que el joven villamariense, de 19 años y domiciliado en Santa Fe 1268, en pleno centro de la ciudad, murió el domingo como consecuencia de una insuficiencia cardíaca, tal como lo consignaron los estudios preliminares de la autopsia.
Luego de sufrir convulsiones, Francisco fue llevado desde la estancia “El Silencio” hasta el Hospital de La Falda por varias personas que, al parecer, no sólo lo abandonaron, sino que también le habrían robado sus pertenencias.
“Lo primero que vamos a hacer es denunciar algunos delitos menores, como la sustracción de la ropa, dinero en efectivo y el teléfono celular, pero también pediremos la investigación a fondo de la muerte del joven”, informó el abogado.
Ortiz Pellegrini consideró que, más allá de la responsabilidad civil que pueda recaer sobre los organizadores, “hay una responsabilidad penal”, ya que, en el marco del evento, se entregó droga y como consecuencia de esos excesos hubo una muerte. “Lo menos que hay acá es un homicidio culposo”, enfatizó el abogado.
Cambia de fiscal
En tanto, pudo saberse que, por razones de competencia jurisdiccional, la causa judicial (que hasta ayer estaba en manos del fiscal Ernesto de Aragón) pasará a la Fiscalía de la ciudad de Jesús María, a cargo de José Almeida.
Ortiz Pellegrini precisó que “no se trataba de una fiesta de cumpleaños”, sino de una “fiesta electrónica en la que se pagaba una entrada de 100 pesos” e incluso agregó que en la entrada “se entregaba una pastilla de éxtasis”.
El penalista cordobés sostuvo que, de acuerdo a información de los padres de Francisco, “había alrededor de mil personas”.
“Todos los datos que recogió la señora (Bongiovanni) con gente que estuvo allí, me los comunicó y es lo que vamos a decirle al fiscal”.
Joven testigo
Por otra parte, en las últimas horas se presentó ante la Justicia una joven que aportó su testimonio sobre la fiesta electrónica en la que participó Mignola. Así lo confirmó a la emisora Cadena 3 el propio fiscal De Aragón: “La joven se presentó de manera espontánea diciendo que había estado en la fiesta. Se le receptó declaración y aportó algunos elementos para seguir con la investigación”.
Según trascendió, la muchacha habría visto la situación y que Francisco sufría convulsiones.
“Pedimos a quienes hayan estado en el lugar y puedan aportar datos de utilidad, que se presenten para poder avanzar”, pidió el funcionario judicial antes de que la causa fuera remitida a la Fiscalía de Jesús María.
Finalmente, cabe añadir que el jueves se presentaron ante la Justicia dos jóvenes mayores de edad, quienes dijeron ser los que organizaron la fiesta electrónica, pero hasta el momento no hay imputados ni detenidos.