Un equipo que empata tres partidos seguidos como visitante, uno de éstos contra un rival de otra categoría y nivel (Talleres, Copa Argentina), y que luego gana por 2 a 0 de local, con total autoridad y justicia (a Sportivo Balloffet, Federal B), parece ser un equipo en buen momento.
Alumni registró estos números y ratificó el viernes, ante Balloffet de San Rafael, que más allá de no pisar la clasificación, va por un camino firme, con jugadores dispuestos a seguir madurando y otros prestos a mejorar en su rendimiento.
Es que además de los tres puntos, lo importante del encuentro ganado el viernes fue que la apuesta del entrenador Héctor Arzubialde, en búsqueda de su primera victoria desde el regreso a la institución, resultó positiva desde la imagen de un club que necesita tener un plantel con mayoría de jugadores propios, como objetivo a futuro.
De acuerdo a los que prácticamente no asomaban como titulares en el arranque de la temporada, el viernes hubo un mediocampo nuevo, que por primera vez jugaba junto en la cancha. Pero el dato más llamativo es que, a excepción del experimentado Javier Liendo, el resto de los integrantes de la línea media fue pura juventud.
Lionel Strumia, quien fue la figura de la cancha, jugó recién su segundo partido como titular en el Federal B, con 22 años y una dinámica que parece haber convencido a lo pretendido por Arzubialde.
Mikhail Colombo, de 21 años, otro de los destacados del partido, jugó también su segundo encuentro como titular, ya que había debutado con esa condición en Coronel Moldes, y esta vez se destapó con un gol que seguramente servirá para mantener su expectativa.
“Colombo necesita minutos de juego, pero se tiene que convencer de que debe ser más protagonista”, pidió Arzubialde en la semana y el pibe, con pasado en el fútbol uruguayo, estuvo a la altura de las circunstancias.
Mientras, por la derecha jugó por primera vez como titular el juvenil Patricio Peñaloza, de 17 años, a quien no le pesó demasiado el compromiso y siempre intentó encarar con pelota dominada para terminar las acciones con algún centro o patear al arco, como lo hizo en el primer tiempo.
En esa etapa hubo una jugada que reflejó un poco la idea de Arzubialde y provocó la satisfacción de algunos dirigentes que sólo quieren dejar un equipo “armado” con jugadores del club para el futuro: Peñaloza, en una fantástica doble pared, combinó muy bien con Franco Gozzerino, de 18 años, quien toma confianza como marcador de punta y de a poco se suelta mejor al ataque.
El caso es que los pibes no suelen tener regularidad, necesitan de aguante y deben seguir aprendiendo bastante.
La primera vez
“Es la primera vez desde que estoy en el club que tengo tantos pibes, pero lo importante es seguir mejorando y creo que Alumni está en crecimiento; el tema es que la etapa final del campeonato nos encuentra creciendo, así que vamos a ver cómo terminamos”, dijo Arzubialde, palabras más, palabras menos.
Con ese panorama, habrá que ver cómo Alumni rinde el examen en el partido que se viene, que será un clásico y ante un rival (Estudiantes) que posee oficio y jerarquía, jugadores que saben manejarse en este tipo de partidos y que pondrán a prueba la altura del equipo de Arzubialde, en tal vez su mejor momento.
Lo importante para el equipo villamariense es que tendrá una semana para preparar el clásico, teniendo en cuenta que pasó para más adelante el partido que debía afrontar el próximo miércoles, por la Copa Argentina, ante Tiro Federal de Rosario, en Plaza Ocampo.