La coordinadora de los equipos técnicos de Tribunales, la psicóloga Adriana Madrid, advirtió que “es muy difícil romper el pacto de silencio que se da” en una familia cuando se registró un abuso sexual. “Los niños suelen culparse de la fractura familiar. Esto divide a la familia, entonces lleva muchas veces a una retractación de lo denunciado al comprobarse los efectos adversos del relato de quien es víctima”, señaló al hablar en el Centro Leonardo Favio (ver página 10). 

La especialista contextualizó que el niño o niña tiene temor de “ser castigado por lo que cuenta”, además de que “se le hace creer que son seductores” o que el victimario que es familiar “tiene potestad para educarlos en la introducción sexual”, a la vez de que se presenta “el miedo a que otros miembros de la familia sean dañados al ser descubierto el responsable” del hecho.

La profesional recalcó que es importante que los técnicos que entrevistan a la víctima “sean neutrales y tengan en cuenta a otras cosas que hacen al contexto”, ya que en los abusos intrafamiliares “hay muchas variables que hacen complejo romper el pacto de silencio”, por lo que hay que tener en cuenta que “se puede sindicar a otra persona para proteger a alguien”. Dijo que debe darse una actitud contenedora del perito evitando responsabilizar o culpar a la víctima con preguntas como “¿por qué no contaste?” o “¿por qué no te opusiste?”. También consideró que la entrevista debe darse lo más próximo posible a la develación del hecho y apuntó que no se le tienen que hacer al niño o niña promesas que no se pueden garantizar, como, por ejemplo, “yo te voy a proteger”. “Este niño ya ha sido vulnerado en su confianza”, alertó.

“Atravesar un proceso judicial es siempre revictimizante, es la victimización secundaria”, comentó Madrid.