Bajo el título “Nos UNEN las convicciones, no el espanto”, los dirigentes locales de tres fuerzas que aspiran converger en esa alianza lanzaron un documento crítico que deja entrever por dónde transcurren las tratativas de cara a la conformación de un frente en la ciudad.
Se quejan de las “mezquindades” de algunos dirigentes y aseguran que “importantes dirigentes y militantes radicales, vecinalistas, coinciden con nuestra mirada acerca de cómo debe proceder un frente político en la ciudad”.
En el escrito remitido a nuestra Redacción con las firmas de Roberto Castro (Partido Socialista), Alexis Aguilar (Coalición Cívica/ARI) y Guillermo Nardi (GEN) se indicó que “si algo tendríamos que haber aprendido las fuerzas políticas de las crisis anteriores, como la de 2001, es la conclusión de que es complicado unir partidos que no comparten estilos ni convicciones”.
“La ciudadanía desprecia a la dirigencia...”
Se expresó que, “sin embargo, no es esa una conclusión aceptada en una dirigencia local que padece de ansiedad electoral desmedida. Esa misma que tantas veces se desconfió y traicionó mutuamente”.
Más adelante, se afirmó que así resulta “comprensible que la ciudadanía esté buscando coincidencias y desprecie a la dirigencia política que muchas veces, sino la mayoría, se la ve ensimismada y lejos de la realidad cotidiana de quienes representa”.
“Pero la solución a este problema no radica en la antítesis de esta cuestión. Con más razón aun si pone en riesgo una coalición un poco más afín en ideas y estilos”, se puntualizó.
En otro párrafo que evidencia la autoría del texto, más allá de las firmas citadas, se afirmó que “desde la Coalición Cívica consideramos que unirse en contra de (Eduardo) Accastello es un programa demasiado mezquino. Como mezquino es el planteo de algunos actores que idean esta estrategia que consideramos de miopía política a la que denominamos ‘efecto espanto’”.
Otras miradas y la tómbola
Enseguida el texto hace referencia a que “otras fuerzas locales como el GEN y el Partido Socialista, importantes dirigentes y militantes radicales, vecinalistas, coinciden con nuestra mirada acerca de las formas en que debe proceder un frente político en la ciudad”.
Más adelante, se sostuvo que “un frente competitivo y con chances serias de seducir al vecino desencantado no podría consolidarse si dirigentes guiados por el apuro, amontonados por el espanto, pero ocupados por quién será el próximo intendente, rifan en la tómbola de las ambiciones personales la perspectiva abierta de conformar un espacio más amplio en Villa María que los ya tradicionales acuerdos de cúpulas”.
Se puntualizó que se trata de “acuerdos que bajan a la militancia de forma ensamblada sin amplitud de discusión ni debate” y se agregó: “Nosotros entendemos, por lo menos, que están en juego dos maneras de conformar un frente local. Y de las cuales dependen sus resultados. La primera de ellas, políticamente productiva, es encontrar puntos de acuerdo en temas conflictivos, de contenido político (no en temas fáciles porque no vale el acuerdo de que todos defenderemos una gestión transparente o una buena salud pública). La otra manera de juntarse es exclusivamente electoralista y, en ese caso, sólo basta un contrato mínimo acerca de a quién se debe derrotar y quién debe ser el candidato”.
“Claro está que nuestra balanza, la de los espacios anteriormente señalados, se inclina por la primera de las opciones”, se concluyó.