“¿Hay pique?”, pregunta un vecino que pasa por la esquina de Lanín y Monseñor Disandro, en barrio Mariano Moreno.
Es que en esa esquina, las lluvias de los últimos dos días expusieron una situación que los frentistas vienen advirtiendo desde hace tiempo y es la formación de una laguna de exageradas proporciones y unos cuantos centímetros de profundidad.
El problema responde a una situación concreta y fácilmente apreciable: el enorme desnivel que hay entre las calles, con caída hacia esa esquina. Esto se generó, contó José Luis, quien vive a metros de allí, desde que comenzaron con la obra de cordón cuneta en el barrio y que todavía está en ejecución.
“En octubre hizo dos años que empezamos a pagar”, recordó y apuntó que “la empresa que había empezado la obra hizo unas cuadras y se fue porque no le pagaban”.
Después de eso, “cuando vino esta segunda empresa dijo que estaba todo mal hecho, porque hay partes muy bajas, el desnivel es muy grande en esta esquina”. “Vino la empresa que está haciendo la obra ahora y terminaron el cordón cuneta de esta calle (Monseñor Disandro) hasta la costanera y fíjate allá, frente a la iglesia, la altura de la calle”, dijo el vecino, señalando una esquina a menos de 200 metros de ahí.
La diferencia de altura que tienen las calles en escasos metros es notable. Situado en esa intersección, si se observa hacia la cuadra de Lanín al 500 el nivel es uno y si se mira hacia la cuadra donde inicia Lanín al 600, el hundimiento es fácilmente apreciable. Pasa lo mismo sobre la Monseñor Disandro. El nivel del cordón está mucho más alto de un lado de la calle que del otro. De hecho, la plazoleta sobre Monseñor Disandro tiene más de 50 centímetros de altura que el cordón de enfrente.
“Ahí -señala a unos 30 metros, sobre el límite de la extensa laguna- el agua debería escurrir, pero no llega a salir por la boca de tormenta que está cerca porque se viene todo para acá”.
Otro frentista, quien dijo haber sido empleado municipal durante más de 20 años, aseguró que “hace mucho, un ingeniero midió esto y constató que se bajaron 63 centímetros en menos de dos cuadras, están locos”. “Ese desnivel hace que el agua no corra hacia el río, que es donde debería desagotar, pero estamos mucho más bajos que el nivel de la costanera”.
Por esta situación, dijeron ambos señores, el colectivo urbano dejó de pasar por esa cuadra. “Este barrio no es un barrio descuidado, es un barrio abandonado, nos han puesto casi en la misma categoría que el Palermo. Pagamos 1.300 pesos de impuestos anuales y no tenemos ningún servicio, lo único que tenemos es el de recolección, porque el de riego, por ordenanza, tiene que pasar cuatro veces al día y acá pasa dos, imagínate la tierra que hay acá”, se quejó José Luis.
