"Hoy nuestro problema más inmediato es salarial. Es imposible seguir en esta situación", indicó el tesorero del Sindicato Regional Unión del personal de Panadería de Villa María, Marcelo Rodríguez.
En diálogo con EL DIARIO, el representante de los trabajadores expresó su opinión desde el gremio conducido por Claudio Rodríguez, actualmente recuperándose de un problema de salud.
"El panorama en la ciudad es bastante complicado para el sector ya que tenemos una patronal insensible que no reconoce los derechos del trabajador", agregó el dirigente.
La realidad, según las manifestaciones del sindicalista, muestra al sector empresarial local excusándose por los desajustes en los haberes de sus empleados porque los "números no dan".
"El conflicto entre el Gobierno y el campo y sus consecuencias es el argumento que utiliza la patronal para no afrontar sus obligaciones. Los trabajadores, en definitiva, somos los que terminamos sufriendo", dijo Rodríguez.
"Somos la mano de obra más barata del país. A nivel nacional y provincial, el empleado (oficial maestro) que más gana percibe 1.340 pesos", informó el gremialista.
"Es una vergüenza. A quién le alcanza para vivir con este monto", acotó el entrevistado.
"Creemos que nuestro ingreso debe estar entre los 1.800 y 1.900 pesos como para hacer frente a la inflación que día a día nos asfixia, sin embargo estamos lejos de estos números hoy", indicó el tesorero del gremio.

@ Sobresueldos y escasez

Las pobres condiciones laborales y la escasa motivación salarial hacen que, en el ámbito de los panaderos, la escasez de interesados en sumarse a la actividad prenda señales de alarma.
La estrategia empresarial de sumar dinero "en negro" a los sueldos ha sido denunciada por el gremio que busca incesantemente el blanqueo de los montos.
"Existen sobresueldos en las panaderías villamarienses. Los empresarios pagan sumas en negro para retener a los trabajadores que ya escasean en la ciudad", alertó Rodríguez
"No quedan muchos trabajadores panaderos especialistas en determinada actividad. Muchos han elegido irse a otros rubros, como el de la construcción, donde perciben mejores salarios.
"Entre los empresarios no hay pobres, ellos pueden rebuscarse de otra manera pero nosotros no", subrayó la voz consultada por este matutino.
"Con las cosas como están, nadie puede aspirar a evolucionar y crecer en esta profesión", remarcó con amargura.
Sin embargo y a pesar de la delicada actualidad, el gremialista confía en que las próximas negociaciones con los empleadores prosperen y terminen dando frutos para el sector obrero.
“En agosto tendremos una reunión a nivel provincial y allí trataremos de, mediante acuerdos concretos, llevar la calma a las cientos de familias de panaderos que hay en la ciudad y región”, señaló el sindicalista.
“Los compañeros hacen diariamente un esfuerzo muy grande junto a los miembros de sus familias para sostenerse”, dijo Rodríguez.
“A todos ellos vaya, en la celebración de nuestro día, nuestro abrazo y máxima consideración”, consideró para concluir.



**** Una ocupación tradicional y milenaria

Un día como hoy, pero de 1887, el inmigrante italiano Enrique Malatesta, que llegó al país para trabajar como panadero, creó el sindicato que nuclea a los obreros de esa actividad. Fue por eso que el Congreso Nacional dispuso (en el año 1957) que en todo el país se celebrara cada 4 de agosto el Día Nacional del Panadero. Desde EL DIARIO, queremos homenajear a esos trabajadores que cuando aún no asoma el sol, ya están transpirando al lado de un horno, tradicional o automático, dando forma con sus manos al reconfortante alimento con el que la mayoría de las personas comenzamos el día.
Son ellos los que transforman la harina extraída de los campos de trigo, en un nutriente básico.
En un estudio sintetizado por Pili García Tello, se hace referencia a que el pan data de tiempos remotos. Se han encontrado panes de 5.000 años antes de Jesucristo en excavaciones en el antiguo Egipto.
Cuenta la historia que el pan fermentado surgió porque una esclava, al olvidar colocar la mezcla de harina y agua al horno, decidió hacerlo al otro día para evitar la reprimenda. El resultado, un pan mucho más esponjoso: había nacido el alimento tal como lo conocemos hoy.
El pan se elaboró siempre a mano, hasta 1787, año en que se probaron las primeras amasadoras en Viena y Holanda. Ya en este siglo los hornos eléctricos o a gas revolucionaron el arte de hacer pan, aunque el tradicional horno a leña sigue siendo insustituible.