Plazas con payasos, regalos, canciones, caramelos, chocolate con churros o tal vez una sonrisa y un abrazo, fueron parte del comienzo de los festejos por el “Día del Niño” en la ciudad.
Aunque tradicionalmente, el primer domingo de agosto era la fecha para que los chicos festejaran, las necesidades comerciales trasladaron al fin de semana posterior el evento.
En Villa María, durante sábado y domingo, la fiesta por los chicos comenzó a hacerse sentir.
En varios barrios, a pesar de las gélidas temperaturas y algunos momentos de llovizna, la alegría se instaló en plazas, centros vecinales y salones especialmente equipados para la ocasión.
En la zona céntrica, durante el sábado, el desfile de padres por jugueterías hizo sentir su impacto. Todos querían llevar algo para los nenes o nenas de la familia.
El domingo, las confiterías y espacios para la diversión de los gurrumines, se colmaron de sana diversión, fantasías a montones y pequeñas presencias.
Por el lado de la solidaridad, son dignas de destacar las acciones del grupo de jóvenes rotarios recolectando juguetes para que “en las instituciones que albergan niños puedan celebrar su día”.
Por el lado del gremio mercantil, los hijos de los afiliados compartieron una tarde inolvidable junto a los chicos que asisten a la “Copa de leche” en barrio Las Playas.
En definitiva, una oleada de calidez y alegría se apoderó de la Villa, prometiendo volver el fin de semana próximo.
Imposible perdérselo y no disfrutarlo.