Una foto: cuatro albañiles fuman, sentados frente a una obra en construcción que está momentáneamente parada.
Un comentario al pasar: “¿Tomándose un recreo, muchachos?”, pregunta el periodista.
“Un recreo de varios días, amigo, la obra está parada porque no hay cemento”, responde uno de los albañiles.
Preguntas casi obligadas: “¿Cómo que no hay cemento? ¿En el país del Plan Procrear, en el que se construyen miles y miles de viviendas por año? ¿En el país donde la industria de la construcción creció en forma exponencial en los últimos años, insuflando energía productiva y revitalizando otras industrias subsidiarias? ¿En el país en que la industria de la construcción -y las subsidiarias- han generado miles y miles de puestos de trabajo? ¿Cómo que escasea el cemento? ¿Qué pasa?
Primera tarea obligada: confirmar la veracidad de la afirmación hecha por el albañil mencionado.
Efectivamente, los corralones, los fabricantes de bloques de cemento, otros albañiles y sindicalistas ligados a la construcción (UOCRA) consultados, confirman el dato. El cemento escasea en Villa María y la región.
Entonces salta la alarma. Porque está claro que la industria de la construcción es una industria directamente atada al progreso; una industria de industrias, que pone en funcionamiento una gran rueda de producción y consumo; el famoso círculo virtuoso.
Lo primero que el lector podría imaginar, respecto a la falta de cemento, es que los corralones podrían estar acaparándolo. Pero eso es imposible, porque el cemento es un material perecedero que tiene fecha de vencimiento, que tiene un mes de vida útil, aproximadamente. Y al cabo de 30 días, comienza a endurecerse. No se puede acaparar.
Entonces; si el problema no son los corralones y un eventual acaparamiento: ¿adónde está el quid de la cuestión? ¿Qué explicación dan las cementeras ante la escasez?
No muchas.
Impacto directo
La escasez de cemento impacta directamente, por ejemplo, en la economía de las Pymes. Un ejemplo es la fábrica de bloques de cemento ubicada en el Parque Industrial de Arroyo Cabral, de la que viven 10 familias y donde a fines de octubre y principios de noviembre estuvo nueve días parada la producción por falta de materia prima. Y con pedidos esperando ser entregados.
Lo mismo le ocurre a los corralones, que tienen demandas que no puede satisfacer.
Desde las cementeras les dicen que tienen problemas con los hornos y dan algunas otras excusas, pero ninguna demasiado clara.
Lo que sí queda claro es que desde hace unos cinco años, para esta época del año, falta el cemento y la actividad de la construcción se desacelera.
Y luego, el precio de la materia prima aumenta.
Los cuatro grandes
Otra foto: son cuatro las cementeras que abastecen de materia prima a todo el país: PCR, que también fabrica bloques de cemento; Holcim (ex-Minetti), ubicada en Malagueño, Córdoba y ahora perteneciente a capitales suizos y franceses; Loma Negra y Avellaneda. Estas cementeras conforman además el Instituto del Cemento Portland (ICP).
En los hornos de estas cuatro grandes empresas se cuece el “trust” del cemento en el país, cuando las mismas se “cartelizan”, monopolizando la producción, y toman la decisión de fabricar o no fabricar; vender o no vender, paralizar o poner en movimiento la maquinaria productiva no ya de Villa María y la región, sino de toda la Nación (ver recuadro “Hace 124 años”).
Lo cierto es que el cemento escasea por estos días en Villa María y la región y la industria de la construcción, una de las cuatro más importantes de la maquinaria productiva del país, se ve resentida.
La foto de los cuatro albañiles fumando frente a la obra en construcción detenida, ociosos porque no hay cemento, porque las cementeras no entregan materia prima, le recuerda a este cronista el poema de Nicolás Guillen: “Me matan si no trabajo/y si trabajo me matan. Siempre me matan”.
El cemento y la inflación
Cómo generar un mal con un bien “clave”
Un aumento del precio de un bien clave para la economía, por ejemplo, el cemento, que se transmite al resto de la economía, es una de las causas de la inflación. Por ejemplo, si aumenta el precio del cemento puede aumentar el precio de todos los bienes y productos relacionados con la construcción. También se aumentará el costo de producir energía eléctrica, lo cual se trasladará en un incremento de casi todos los bienes.
Otro de los factores que disparan la inflación son los mercados monopólicos u oligopólicos: si una empresa controla el mercado de un bien en particular (por ejemplo, el cemento) tiene cierto poder para modificar los precios. Lo mismo puede suceder si un grupo de empresas se pone de acuerdo para aumentar el precio de un bien.
Hace 124 años
Los “trust” o la “cartelización” no son un invento argentino, ni se les ocurrió a las cementeras en estos últimos años.
Ya en 1890 el Gobierno federal de los Estados Unidos se vio en la necesidad de atacar este tipo de prácticas. El 2 de julio de ese año el Congreso sancionó Ley Sherman Antitrust, que pasó a ser la primera norma vigente en el país del norte para limitar los monopolios.
El acta declaró ilegales los trust, por considerarlos restrictivos para el comercio nacional e internacional. Fue creada por iniciativa del senador estadounidense de Ohio John Sherman y aprobada por el presidente Benjamin Harrison.