Para muchos de los de la generación anterior a las redes sociales y al debut sexual con drogas a los 12 años, el Muro de los Lamentos queda en la vecindad y es en el que Kiko se apoyaba desconsolado después de que Don Ramón le pegara sin querer queriendo. Con todo, el Discovery Channel asegura que el original no sería ese, sino uno ubicado en Jerusalén, entre Israel y Cisjordania.
Emblema de la fe judía, el verdadero Muro de los Lamentos es un tremendo paredón de 15 metros de alto y 56 de largo. En realidad se extiende por seis cuadras, aunque la mayor parte se encuentra tapada por las construcciones del sector musulmán de la ciudad. “Nosotros sabemos que para los judíos esta pared es muy importante, por lo que nos vamos a mudar así la pueden disfrutar completa. De hecho, ya pusimos fecha: el 33 de marzo del 3078”, dice en tono de sorna un vecino practicante del Islam y acto seguido levanta una copa de clericó y brinda con el amigo.
Ocurre que para los hijos de Abraham (en referencia no al viejo que tiene changos regados por todo el barrio, sino al personaje bíblico), el también denominado “Kotel” simboliza uno de los momentos más tristes de su historia colectiva: hace casi dos mil años, los romanos atacaron la rebelde provincia de Judea y, con la capital en ruinas, decidieron dejar como advertencia un trozo del llamado Segundo Templo de Jerusalén. Bastaba con un cartel de “si se vuelven a hacer los pistolas, los vamos a inflar”, pero se ve que en Roma les gustaba más lo metafórico.
De ahí que el muro sea “de los lamentos” y de ahí que atestigüe el desfilar diario de judíos y no judíos provenientes de los cinco continentes, quienes se emocionan frente a la construcción y dejan sus papeles con mensajes de paz y amor entre las piedras. Al lado, uno que otro soldado israelí con cara de “quédense en el molde, que fui entrenado para pelear en 27 modos de combate distintos, sobrevivir alimentándome de insectos y escuchar Radio Mitre por más de 45 minutos seguidos sin pegarme un corchazo”, cuida que nadie se mande alguna macana.