Con una abrumadora superioridad, Universitario finalmente aseguró su lugar en los play offs, goleó por 5-1 a Playosa en Plaza Ocampo y dejó atrás esa “mala puntería” que mostró en los últimos cotejos que -en definitiva- le impidió hasta ayer ese pasaje que se preveía por decantación.
La felicidad del triunfo (después de dos partidos) y la clasificación llegó por la efectividad que mostró el elenco académico en el primer tiempo. Ese factor fundamental en este juego le simplificó todo ayer a la “U” porque desde la apertura del marcador manejó a su merced el partido, al punto que el complemento pareció estar de más porque el rival, decaído física y anímicamente, se puso a pensar en el último capítulo.
Con un calor sofocante, el local apeló a la velocidad y desequilibrio de sus hombres de ataque y así le hizo estragos al elenco playosense, que sólo resultó firme oposición algunos minutos, más precisamente hasta el minuto ocho; desde allí la “U” empezó a arrimarse con peligro al arco de Franco Rabino y apuntalado por la verticalidad de Santiago Domínguez, quien otra vez resultó fundamental.
Primero, Barengo no llegó a conectar el centro del ex-Rivadavia; después, Barbuio (a los 9’) tiró apenas elevado y a los 10 minutos, llegó el gol: Domínguez sacó provecho del yerro de Enio Ciancio, quedó mano a mano con el arquero rival y definió con remate direccionado.
Después de ese gol se visualizó el “momento” de Playosa, que aprovechó cierta desconcentración del local; por ello a los 15’ tuvo la chance del empate, pero Jorge Servetti (habilitado por un Domínguez que se quedó en propio campo porque se le salió un botín) se topó con la atajada de Simón Mellano y, tras un rebote, luego Leonel Fassi salvó su arco. El defensor, justamente, resultó clave en ese lapso del juego, ya que, tres minutos después de impedir el gol visitante, anotó el 2 a 0 con un cabezazo goleador tras un tiro de esquina ejecutado por Martín Truglio.
Con el nuevo gol definitivamente Universitario pasó a controlar el juego porque, más allá de que dejó de ser punzante, sumó aproximaciones y dominó a un rival que se mostró irresoluto en ambas facetas: vulnerable en defensa y nulo en ataque.
Por lo que, más allá de que el partido flaqueó en el último cuarto del primer tiempo, otra vez Universitario sacó provechó de sus virtudes para sellar la victoria, aunque todavía restaba todo el segundo tiempo: es que, a los 42 minutos, Picotti sacó un excelente pase largo y cruzado a Domínguez, quien encaró en soledad y le cedió el gol a Lucas Barengo, quien tras rematar en dos oportunidades se sacó las ganas y anotó el 3 a 0 para definir el trámite.
En ese sentido, el complemento fue un monólogo de Universitario que, moviendo la pelota y generando infinidad de chances, anuló a un rival que mostró las secuelas físicas por el menor tiempo de recuperación de un partido a otro (venía de jugar el jueves).
Por lo tanto, ese segundo tiempo fue dominado ampliamente por Universitario que -si bien despilfarró varias chances- sentenció la goleada con otro tanto de Lucas Barengo y el restante de su goleador, Matías Barbuio. A la vez que el “Albo”, en la última del partido, decoró el resultado (5-1) con el tanto de José Aimar tras una buena conexión entre Servetti y el ingresado Jonathan Valdivia.
De esta manera, Universitario, aunque desperdició varias, generó tanto que le permitió gustar, ganar y golear para meterse nuevamente en los cruces del fútbol local frente a un rival que pondrá todas sus fichas en el último partido en pos de lograr la clasificación, aunque deberá esperar que su verdugo de ayer le gane a Unión y ganarle a River en “Casa Blanca”.
La figura
Santiago Domínguez. Con su velocidad y habilidad resultó imparable para el fondo del “Albo”, que lo sufrió en todo momento. Abrió el partido y asistió en el tercero, además de generarle innumerables opciones a los delanteros. Lucas Barengo dejó su cuota goleadora, si bien desperdició muchas.
El árbitro
Gabriel Rodríguez. Dirigió el partido sin complicaciones porque así lo ameritó el desarrollo del trámite. Bien acompañado por sus asistentes. Para cuestionar, la amarilla a Córdoba (por golpe claro a Barbuio con su brazo) y la evasión de un manotazo sobre Truglio de Bustos.