No alcanzaron a pasar tres semanas y nuevamente una joyería del centro de Villa María resultó objeto de un ilícito contra la propiedad, episodio sobre el cual la Policía nada informó, pese a que existió denuncia.

En este caso, el o los ladrones rompieron uno de los gruesos cristales de la firma Sofía, Joyas, Marroquinería y Bijouteri, situado en Corrientes 1166, entre las calles San Martín y 9 de Julio, propiedad de Fabián Yordan y Gisela de Yordan.

 

El hecho

De acuerdo a lo informado por la propietaria, ante la consulta de EL DIARIO, “es probable que haya sucedido durante la madrugada (de ayer), porque di una vuelta alrededor de las 21 del domingo y observé que había mucha gente en el centro, así que estimo que durante la noche del domingo no fue, sino ya en horas de la madrugada”.

Lo cierto es que, de acuerdo a lo expresado por Gisela de Yordan, los cacos rompieron la parte inferior de uno de los cristales de la vidriera que se extiende en una galería y, “deslizándose detrás del estante, para no ser captados por el sensor de la alarma, entraron y robaron”.

El robo fue descubierto “cuando las chicas llegaron esta mañana (por la de ayer) a la hora de la apertura del negocio”, detalló la comerciante.

Asimismo, pese a que explicó cómo se introdujeron en el negocio sin ser detectados por el sensor de la alarma, tras cuya instalación “fue probada por la Policía y, en esa oportunidad, funcionó”, la mujer dijo no saber con certeza de qué objeto se valieron los ladrones para romper el vidrio.

 

Lo robado

Por otro lado, Gisela de Yordan, quien recordó que en otra ocasión la firma sufrió un robo mayor en el local que posee en la esquina de Buenos Aires y 9 de Julio, frente a plaza Centenario, afirmó que “yo misma fui a hacer la denuncia a la Policía alrededor de las 12.15 y 12.30”.

Si bien la propietaria señaló que “es un poco difícil decir con precisión cuánto se llevaron”, apuntó que, con seguridad, se apoderaron de “12 paños con alhajas, la mitad de ellas con piezas de plata de distinto valor y la otra mitad con piezas de plata y oro”.

Estimó, al respecto, que el valor de lo sustraído por los delincuentes asciende a una suma aproximada “a 15 mil pesos”.

El hecho delictuoso es el segundo perpetrado en perjuicio de una joyería situada en el centro de la ciudad en menos de 21 días.

Precisamente, durante la segunda quincena de octubre pasado varias mujeres, mediante un ardid (una de ellas simuló estar descompuesta y pidió un vaso de agua) se apropiaron de valiosas joyas que les estaban mostrando en Joyería de Jorge Brignone, local comercial situado en la Peatonal.

 

Bicicletería

También durante la víspera, autores ignorados rompieron el vidrio de la puerta principal de un bicicletería, aunque en la oportunidad sonó la alarma y los cacos se dieron a la fuga.

El hecho ocurrió en el negocio situado en bulevar Alvear 319, casi esquina Mendoza y, como se dijo, los delincuentes no pudieron apropiarse de lo ajeno, aunque llama la atención que el modo de operar fue similar al utilizado en el robo a la joyería del centro de la ciudad.

 

Aprehensiones

En cambio, la Unidad Departamental sí dio cuenta ayer del allanamiento a una vivienda en Martínez Mendoza al 1000, donde fue aprehendida una mujer de 22 años por supuesta autoría del delito de “hurto”.

Presuntamente la persona detenida estaría vinculada a un ilícito perpetrado el 17 de octubre pasado “en una importante joyería del centro de nuestra ciudad”.

Al mismo tiempo que la encartada fue puesta a disposición de la Justicia, se secuestraron durante la requisa cuatro teléfonos celulares, varias prendas de vestir y “una importante cantidad de dinero en efectivo”.

La segunda aprehensión, de carácter doble, se produjo a las 17.50, cuando efectivos de la Patrulla Preventiva trasladaron a la sede de la Comisaría de Distrito a un joven de 18 años y a un menor de 14, quienes están acusados del delito de “daño calificado”.

Al respecto, la Policía precisó que ambos sujetos “violentaron la puerta de un estacionamiento” situado en cercanías de Teniente Ibáñez e Intendente La Colina, en barrio Felipe Botta, para lo cual recurrieron a “un ‘fierro’ en forma de ‘T’ de unos 15 centímetros de largo”.