Las siguientes son palabras que constan en el informe publicado el jueves por este medio y que intentó ser desacreditado por supuesta falta de rigor.

Graciela Marín, profesional que trabaja en el laboratorio de la Universidad Tecnológica Nacional: "Estamos hablando de las aguas de pozo y no de la red de la ciudad... Los problemas en general están en las primeras napas; hablando genéricamente, en las más profundas ya se puede dar con agua de mayor calidad".

Adriana Ferreira, licenciada en Ciencias Aplicadas, autora de una tesis de grado en la materia presentada ante la UTN: "Que hay arsénico en el agua no es algo nuevo. Eso lo sabemos desde que tenemos uso de razón. Lo que quise conocer con la tesis fue si había aumentado la concentración... (Luego de tomar un estudio de 1973 y realizar extracciones en los mismos lugares) el resultado fue que se registró en esos años un incremento del 370%. Creo que no hay que alarmar a la población, pero sí informarla".

Mario Valenti, presidente de la 15 de Mayo, concesionaria del servicio: "El agua que se toma en Villa María proviene de pozos que se encuentran a 160 ó 170 metros de profundidad. Es probable que el estudio de la Universidad Nacional de Córdoba se haya realizado en un nivel menos profundo y que allí las napas sí estén contaminadas".


De los ecologistas

El viernes, un día después de publicar el informe, este medio dio a conocer la opinión del grupo ecologista EcoSitio, que en base a informes propios (exhibidos en nuestra Redacción) indicó:
“Puede que los valores obtenidos (en las mediciones realizadas en el agua de red) estén dentro de la normativa provincial, pero según la Organización Mundial de la Salud estamos consumiendo un agua de red con valores de 3 a 8 veces más cantidad de arsénico que lo recomendado a nivel mundial y nacional”.