Hoy, el día de su cumpleaños, el locutor Miguel Bazán cumple 25 años de trayectoria en radio.
El profesional, cuya formación se debe a la propia experiencia y a distintos cursos de locución, también incursionó en teatro, televisión, cine y canto (en la EMPO y, actualmente, en la academia de Pablo Cordero).
El hombre que ha debido sortear graves dificultades de salud (tuvo que esperar cinco años para recibir un trasplante de riñón), destaca como positivo “poder vivir de lo que me gusta y haber cosechado en este camino los amigos que tengo” y, negativo, “haber trabajado en su momento sin cobrar un peso”.
Con ganas de volver a la TV, Bazán esgrime el balance de su carrera con una pléyade de anécdotas.
-¿Cómo ingresaste al mundo de la radio?
-Estudiaba en el Inescer junto a Marcelo Dughetti (poeta). El hacía un programa los sábados a la medianoche en la exradio Río de Villa Nueva, con Gustavo Ferradans. Me preguntó si me quiero incorporar y le dije que sí.
-¿Qué es lo que te llevó a entrar?
-Lo que más me gustó es de lo que se trataba el programa: poesías y temas que no se tocaban habitualmente en las radios. “El reparador de sueños” se llamaba.
-¿Cómo fue que empezaste a trabajar el día de tu cumpleaños?
-Porque el programa iba los sábados y ese año, 1989, el 11 de noviembre cayó sábado. Esa semana Marcelo me lo había propuesto y así se dieron las cosas.
-¿Escuchabas radio en tu casa?
-Sí, escuchaba mucha radio. Vivíamos en el campo, en la zona de Arias, al sur de Córdoba. En mi casa se escuchaba a la mañana una radio de Venado Tuerto, a la tarde mi papá escuchaba radio Rivadavia, “La oral deportiva”, y a la noche, radio Colonia, de Uruguay. No podía tener otra vocación (risas).
-¿Tenías algún ídolo o referente radial en tu juventud?
-En mi juventud escuchaba “Rapidísimo”, con Héctor Larrea. Un maestro. Este año en el Encuentro Nacional de Locutores tuve la posibilidad de conocerlo personalmente.
Anecdotario en el éter
.¿Por qué radios has pasado en tu carrera?
-Estuve en Río hasta enero del 90. Ese año arranqué en Centro, desde abril hasta agosto. Luego ingresé el día 28 a LV 28 Radio Villa María por medio de un casting y quedé hasta el 12 de noviembre del 94. En el 95 paso brevemente por radio Donald y entro a FM Memory hasta comienzos del 96. Ese año ingreso a FM Sport haciendo los comerciales de fútbol y boxeo con Miguel Angel Juan. Paralelamente entré a FM Express a la mañana. Hasta 2005, que ponemos nuestra radio en 2006, FM Top, que aún hoy tenemos. En 2010 me llaman nuevamente de Centro y ahí estoy hasta la actualidad haciendo la mañana de la 105.3, con Florencia Coria en dúplex con la Top.
-¿Qué anécdotas recordás de tu paso por el micrófono?
-Muchísimas. La primera es cuando me iba caminando hasta Villa Nueva los sábados a la medianoche. Cruzaba todo Villa María para hacer radio a una hora en que el resto se iba a bailar. En la primera etapa en la Centro tuve mi programa de poesías (algunas mías) y música lenta o soft, como le decíamos.
Hay una que tuve con Miguel Borsatto el primer día en LV 28. El entraba a las 7 para hacer “El agro en marcha” y ese día va a las 6 para orientarme. Me pregunta la hora al aire y yo, de los nervios, digo “16 y 20”. No arranqué muy bien (risas).
Recuerdo las transmisiones en el Anfiteatro, cuando no había tantas cabinas y transmitíamos al aire libre al lado del escenario. Me acuerdo una vez que cantaba Luciano Pereyra y nosotros, tapados con nailon bajo la lluvia.
La que no puedo dejar afuera es la vez que relaté futbol con mi radio; un caradura (risas)... Haciendo un programa los sábados en la Récord, con Gustavo Silvano, de 19 a 1, recuerdo que me cruzaba el bulevar España y compraba pollo y lo comíamos en el estudio. Parecía una rotisería el aroma que había. Una mañana en la LV 28 trabajaba con Luis Toledo y Rubén Jara operaba. Pensando que ya estábamos al aire, Luis comienza a decir una mala palabra detrás de la otra. Imaginate mi cara y, además, tratando de arreglarla diciendo “no creo que sea así...”. Hasta que levanto la mirada y veo a Rubén riéndose a carcajadas. Sucede que cuando teníamos que hablar con el operador, también se prendía la luz roja de “Aire”, pero, en realidad, quedaba sólo en el interno.
También hice televisión (Hora clavo, en el 95; Humorsillón, en el 97, y Nada que ver, en el año 2000 con Carlos Rodríguez). Una vez con Carlos estábamos en Buenos Aires, yo en ese momento era el camarógrafo y él hacía notas. Venía Ricardo Darín caminado, paseando a su perro y, amablemente, nos da una nota. Una hermosa nota, si no fuera porque nunca apreté el “rec” (risas).
En abril del año 2000 venía, por primera vez y en pleno furor, el “Potro” Rodrigo a Etruria y la telonera era Marixa Balli. Las cosas que nos contó del “Potro” quedarán con nosotros. Esa misma noche Rodrigo se bajó del show y no estaba bien, hasta nos golpeó la cámara. Meses después grabamos en Buenos Aires el programa, obvio que giró en torno a Rodrigo. Al día siguiente nos dicen en el hotel que había tenido un accidente. Tuvimos que hacer todo el programa de nuevo, con el impacto que nos había producido la noticia de su muerte.
J. R. S.
