Ante la llegada de la temporada de verano, el Consejo de Administración de la Cooperativa de Luz y Fuerza, Obras y Servicios emitió un comunicado en el que fija una serie de medidas tendientes al uso racional del agua y otras recomendaciones para favorecer el cuidado del medio ambiente y la salud poblacional. Bajo el mensaje “el agua es el alma madre de la vida y su matriz: no hay vida sin agua”, aclaran en cuanto a su utilización “que en algunos barrios se hace dificultosa su llegada a los tanques elevados, por presión del excesivo consumo”.
Los miembros cooperativistas solicitan “usar baldes o regaderas para lavar autos o regar jardines; se consume menos agua y, como ejemplo, una manguera abierta puede derrochar unos 700 litros por hora”. Es importante reutilizar agua del lavado de ropa y platos (para limpieza de patio y para riego) y revisar periódicamente las cañerías domiciliarias por posibles pérdidas, así evitamos un derroche innecesario. En otro aspecto, “no dejar correr el agua de la canilla al enjuagar la vajilla, cepillarse los dientes o lavarse la cabeza son acciones que derrochan 200 litros por semana, y mantener la pileta de natación con productos químicos adecuados, para evitar su cambio continuo”.
Indica el comunicado “que el 88% de las conexiones de agua en el pueblo pertenece a consumos residenciales, quiere decir que el volumen principal corresponde a nuestras actividades cotidianas”. Por lo expuesto, “realizar pequeñas acciones individuales redundará en beneficio de todos”.
Peligros del aceite vegetal usado
Por otra parte, la cooperativa hace hincapié en los peligros que ocasiona el aceite vegetal usado (ya en condición de residuo) definiendo “que es altamente contaminante del agua, obstruye los desagües, es alimento de roedores, cucarachas y otras plagas, crea ambiente propicio para la proliferación de microorganismos perjudiciales para la salud humana; además, impide la correcta oxigenación del agua y eleva los costos de tratamiento del agua residual”.
Por ello requieren a la población “que adhieran al proyecto colocando el aceite usado en recipientes de plástico bien tapados y llevarlo al lugar de acopio; no tirarlo por el drenaje de la cocina o los sanitarios y difundir estas disposiciones para promover acciones de concientización”. Finalmente, el Consejo de Administración aclara que los objetivos básicos de este proyecto apuntan a “colaborar con la comunidad en la eliminación de una sustancia de uso habitual, que resulta compleja y peligrosa, también propiciar el saneamiento de los sistemas domiciliarios, evitando volcar los aceites en cañerías”. Asimismo “mejorar el sistema de procesamiento de líquidos cloacales, impidiendo la existencia de material graso que dificulta su tratamiento y eleva los costos de los mismos”.
