Uno de los temas que más interés generó entre los productores que asistieron a la jornada realizada en el tambo Kosher Life de Entre Ríos fue el vinculado con el manejo y control de parásitos gastrointestinales.
La temática estuvo a cargo de Jorge Caracostantogolo, quien resaltó la importancia de los antiparasitarios en el manejo de recría bovina. Sobre el aspecto de los parásitos resistentes, comentó: “Es un hecho que cobra importancia día a día para cada productor pues, por no existir nuevos antiparasitarios para combatir los gusanos que afectan el tacto gastrointestinal, es común que se utilicen repetitivamente los mismos antiparasitarios desde hace más de 30 años. El problema al respecto es que hubo una selección de poblaciones de parásitos resistentes que, cuando se los quiere eliminar por sus efectos indeseables sobre la producción, ya no se puede o no se lo logra con la misma eficacia con la que se lograba años atrás”.
Entre las recomendaciones, el profesional mencionó: “Se debe lograr un manejo de los antiparasitarios con el fin de lograr un control eficiente, que permita mantener una producción sostenible y al mismo tiempo detectar y diagnosticar el problema de la resistencia mediante los conocimientos básicos que debe tener el productor, pidiéndole a su veterinario el apoyo para definir el diagnóstico y su debido tratamiento”.
Por su parte, Javier Schapiro, en base a las recomendaciones de Caracostantogolo, hizo hincapié en la resistencia a los antiparasitarios. Habló del “diagnóstico”, mediante la utilización de dos métodos generales: el test de reducción del conteo de huevos y el denominado tratamiento controlado. En su descripción, detalló: “Básicamente los dos miden la eficacia y la acción de los antihelmínticos para ver, en un momento determinado, cuál es la resistencia de los parásitos en ese establecimiento. Entonces, dicho en forma sencilla, puede conocerse dónde uno está parado, en cuanto a la eficacia de estos productos. Además, puede evaluarse mejor con cuál producto se sigue trabajando y con cuáles no convendría. Sería ideal que haya una vigilancia y continuidad en el control que se haga de forma rutinaria y así se puede optimizar el uso de antiparasitarios, porque no hay que desparasitar a todos los animales cuando no corresponde”.
En relación a las recomendaciones y las precauciones, los profesionales comentaron que actualmente los antiparasitarios son productos de venta libre, o sea, se despachan sin una prescripción de un médico veterinario, que sería el procedimiento correcto a seguir. Por lo tanto, el Dr. Javier Schapiro sostuvo: “El hecho de llevar a cabo las técnicas de control anteriormente nombradas favorece a identificar cuáles son los antiparasitarios que mejor actuarían en un momento determinado y para ese establecimiento determinado y, consecuentemente, cuáles son los que no deberían utilizarse. Así, en función de ello, se compra el medicamento que corresponde y no cualquiera, siendo siempre prescripto por el aval de un médico veterinario”.
También se habló de resultados
En un panel final de la actividad de capacitación sobre tambos, Walter Mancuso expuso los resultados físicos y económicos según un modelo de análisis de la recría que elaboraron y analizaron en conjunto con el equipo de trabajo formado por las ingenieras agrónomas Gabriela Litwin y Patricia Engler y los médicos veterinarios Susana Boffa y Mauricio Raspo, tomando el caso del tambo demostrativo en el que se hizo la charla. En este planteo se destaca la importancia de haber organizado y optimizado el uso de una superficie bajo monte que estaba desaprovechada, realizando en sólo tres hectáreas tres etapas de recría de unas 50 terneras al año, llevándolas hasta su servicio como vaquillonas
Al analizar todos los componentes de gastos, desde la guachera hasta el primer parto de las vaquillonas, incluyendo alimentación, sanidad preventiva y curativa, controles veterinarios, gastos de reproducción (semen y dispositivos) y la mano de obra ocupada en esta tarea, se estimó que el costo total de lograr por cada hembra en campo propio estaba en aproximadamente tres mil litros equivalentes de leche (tomando el mismo a $2,80/litro). Esto es casi la mitad de lo que se está pidiendo por una vaquillona a parir, de relativo buen origen genético.
En cuanto al tiempo transcurrido desde que nace la ternera hasta que llega al momento del parto y empieza a producir, en el último ejercicio del tambo de la Fundación el mismo fue de 25 meses en promedio, con una ganancia diaria media de 0,670 kg/ternera/día durante las recrías (entre los 70 y 340 kg de peso vivo); de 0,800 kg/vaquillona/día desde los 340 kg hasta que salen preñadas y entre 0,750 y 0,830 kg/vaquillona/día de allí hasta el momento del parto, al cual llegan con aproximadamente 580 kg de peso vivo.
“Esto muestra que es un sistema sencillo que permite aprovechar espacios que en muchos tambos están descuidados o sin uso, con resultados físicos y económicos muy satisfactorios”, indicaron.
