Parafraseando el título de la película “Alguien tiene que ceder”, se podría decir que en relación al conflicto generado tras el cierre del restaurante La Casona, “alguien tiene que pagar”.
Es que desde el 20 de octubre, cuando el propietario del comedor ubicado en la calle 25 de Mayo decidió cerrarlo definitivamente, los siete empleados, algunos con 20 años de antigüedad, no cobraron los sueldos de septiembre ni de octubre, y mucho menos las acreencias que deberían percibir por el cierre de su fuente de trabajo.
Por esa razón, desde el Ministerio de Trabajo fijaron audiencia para el 25 de noviembre, a la que fueron citados todos los responsables actuales y anteriores del malogrado comedor.
Así las cosas, deberán sentarse a dialogar con la mediación del Ministerio, Santiago Andrés Martín, el joven de 27 años que adquirió La Casona en noviembre de 2013 y que no se presentó a afrontar las responsabilidades laborales desde el cierre del restaurante.
Pero también debe presentarse su pareja, Luz Besmalinovich, porque compartieron las directivas en el comedor durante el año que lo dirigieron.
La citación no se circunscribe a los actuales dueños, dado que la cartera laboral también convocó a los anteriores: Raúl y Ezequiel Nardelli (padre e hijo) y Mónica Peretti, anteriores propietarios del comedor.
Sin empleo
De los siete trabajadores que quedaron sin empleo por el cierre del comedor, uno sólo logró continuar como mozo, aunque en Córdoba capital.
Una de las mujeres que perdió su trabajo atraviesa una difícil situación de salud y, como está a punto de quedarse sin obra social, no tiene cómo afrontar el costo de los medicamentos que le prescribieron.
Itatí Demarchi, la abogada que los representa, señaló que muchos viven estos días con angustia. “Hay chicos que están muy depresivos por la forma en que terminaron la relación laboral”, relató.