Poder observar lo que sucede en el hogar desde cualquier lugar, controlar a los empleados de un comercio desde la comodidad de un sillón o estar atento a lo que pasa en campos o tambos son las alternativas que brindan las cámaras de vigilancia, un servicio cada vez más exigido entre los villamarienses.
Consultados distintos instaladores, reconocen que en el transcurso de este año se ha dado un marcado incremento en la cantidad de gente que decide acceder a la posibilidad de monitorear a distancia todo lo que sucede en un lugar.
De hecho, Luciano Acosta, de Fix Servicio Técnico, asegura que “el incremento en la instalación de cámaras de seguridad fue casi de un ciento por ciento en el último año”.
La tendencia marca que las alarmas ya no son las más requeridas, como lo fueron tiempo atrás, porque “la alarma se ha hecho más común, hoy una alarma en una casa es como una conexión de gas, los arquitectos hasta ya lo previenen en las obras y dejan incluso las cañerías para las cámaras”, comentó.
Por eso, algo que antes era un “lujo”, debido al ingreso de distintas marcas al mercado, hizo que los precios, que parten desde los 5 mil pesos, y opciones sean accesibles, hasta el punto que “cualquier local, por más chiquito que sea, tiene puesto un kit de cámaras”.
“Este año se ha dado mucho en hogares particulares”, afirma Sebastián García, de SG Seguridad. “Primero, por la inseguridad que hay en el país, la cantidad de robos, el hecho de querer controlar qué pasa en el hogar cuando no están”, explica al respecto Luciano.
Pero no sólo la inseguridad ha hecho que aumente la instalación de cámaras de vigilancia, sino que “muchos comercios -menciona Luciano- lo usan como una opción para controlar al personal”, y ejemplifica: “Mucha gente nos dice que desde que puso la cámara, se levanta a la mañana y no hace falta que vaya al negocio, desde su casa puede ver si los empleados fueron a abrir el negocio a horario, si están trabajando, o qué están haciendo”.
Últimamente, reconocen ambos instaladores han tenido que trasladarse a las afueras de la ciudad. Es en campos, casas quintas o tambos donde este mercado encontró un nuevo aliado, ya que, según interpreta Sebastián, “los sistemas se instalan en los campos porque hoy en día el dueño del campo ya no vive más ahí, hoy está en la ciudad, entonces tiene esta alternativa para estar presente sin estarlo”.
La tecnología brinda opciones a punto tal que “poder ver las cámaras desde un celular o una tableta, tocando dos botones ya ves lo que pasa en tu casa o negocio”, apunta Luciano, y reconoce: “Cada vez más, la gente toma la instalación de una cámara en su hogar como una necesidad”.
