San José de la Dormida (270 kilómetros desde Villa María) y sus cinco mil parroquianos, serán anfitriones el próximo fin de semana de la Marcha Cicloturística por el Camino Real, un encuentro no competitivo que en la 6º edición tocará algunos de los puntos más emblemáticos del célebre recorrido histórico de la Córdoba norteña. Un total de 124 kilómetros realizados en bicicleta al ritmo que el viajero prefiera, sin preocuparse por tiempos ni trofeos, mientras se inspira con los bucólicos paisajes de la zona y su herencia labrada en siglos.
En ese sentido, destacan en la hoja de ruta las visitas a aldeas de marcado semblante costumbrista, como Villa Tulumba, Caminiaga, Churqui Cañada, Guayascate y la Reserva Natural y Cultural Cerro Colorado. Campos, tenues serranías, arroyos, atmósfera costumbrista, buena compañía y comilonas para reponer energías harán de constante durante todo el sábado y domingo de actividades.
Programa
La acción comienza el sábado a las 8.30 en la plaza San Martín, de San José de la Dormida. Buena la oportunidad para disfrutar los atractivos del municipio, como la parroquia (ícono regional a partir de sus cúpulas y su aura, fue bendecida en 1882 por el obispo Fray Mamerto Esquiú), el Museo Sanavirón (con cantidad de información y objetos pertenecientes a los primeros habitantes de estas latitudes), Los Morteritos (huecos engendrados en la piedra a modo de morteros, legado de los mismos Sanavirones) y la arquitectura general de casonas levantadas en tiempos lejanos.
Tras ello, el pelotón sale con rumbo a Villa Tulumba (a 25 kilómetros), donde se realizará un almuerzo y se podrá continuar admirando los tonos viejos, representados entre otras bellezas por la iglesia Nuestra Señora del Rosario (1880). A esa misma jornada inaugural la completan los saludos a rincones naturales como los balnearios La Junta y La Toma, así como El Perchel y la localidad de Caminiaga (50 kilómetros desde Villa Tulumba), lugar escogido para cenar y dormir. El primer día contabiliza un total de 75 kilómetros.
Ya en domingo y luego del desayuno, la Marcha retoma su curso para desde Caminiaga dirigirse a Cerro Colorado (a 17 kilómetros). De paso por uno de los yacimientos pictográficos más grandes del continente (contando grabados y pinturas cobija alrededor de 35 mil motivos aborígenes eternizados en las piedras), contemplando la pureza de arroyos y cerros; el camino enfila hacia Churqui Cañada (a 11 kilómetros). Allí, la niña mimada se llama Iglesia del Pilar, templo construido en 1875 que hospeda la imagen de San Agustín de Guayascate, muy venerado por los aborígenes.
Guayascate es justamente la última parada antes de regresar a San José de la Dormida (21 kilómetros desde Churqui Cañada) y culminar el evento con un almuerzo popular. Después de los brindis y la sobremesa, y en las vísperas de iniciar el regreso a casa, los ciclistas podrán acercarse al árbol histórico de Aguaribay. El rincón fue ayer hogar de una importante posta utilizada por quienes llenos de polvo y enjundia, supieron dar vida al camino nacido hace más de 400 años y que comunicaba el puerto de Buenos Aires con el Alto Perú.
