En la edición del pasado 12 del corriente de EL DIARIO Marina Soledad Heredia realizó una grave acusación contra el psicopedagogo, director y copropietario del Centro “Dr. Leo Kanner”, Martín Horacio Centeno, al asegurar que vio cuando el profesional maltrató a su hijo de 9 años, quien tiene capacidades diferentes, en el centro de salud dedicado a la terapia cognitiva conductual de jóvenes y menores, que funciona detrás del salón de eventos Greystone, sobre la ruta 9 vieja, camino a Tío Pujio.
Por ello, Centeno pidió “defenderse de injurias sobre hechos que nunca sucedieron como ella los describe”, y lo hizo mediante una misiva que firma también la otra responsable de la institución, Ivana Yanina Ludueña. Ante la consulta de este medio, prefirió no hacer acotaciones u otras declaraciones más que las vertidas en el texto.
Cabe recordar que el episodio que expuso Heredia tuvo lugar el lunes pasado, y en el que aseguró haber presenciado el momento en el que Centeno agredía físicamente a su hijo, lo que derivó en una discusión con incidentes en el que tuvo que intervenir la fuerza policial.
“El señor Martín Centeno niega categóricamente haber realizado actos de violencia física o de cualquier tipo sobre el menor en cuestión”, comienza la carta que lleva la firma del psicopedagogo acusado.
Centeno da su versión sobre lo sucedido y explica que “el día lunes 10 de noviembre de 2014, aproximadamente a las 17.15, el profesional Martín Centeno se encontraba sentado junto al niño Valentín en el momento de descanso ya que hacía desde las 15 horas que estaban trabajando y ameritaba realizar un esparcimiento previo a que lo vinieran a buscar como se hace con todos los que a la institución concurren”.
Fue en ese momento cuando “descansando y tranquilo, comenzó a golpearse de manera muy fuerte contra uno de los ventanales a lo que el profesional lo retiró sosteniéndole la cabeza evitando que se pueda lastimar”. Según aseguró, “esta situación suele suceder en el caso como el de este niño, que además de sus diagnósticos de base tienen conductas auto y heteroagresivas y que se requieren de intervenciones físicas que previamente están consensuadas con las familias de los mismos y que en algunos casos también realizan ellos en sus domicilios particulares”.
“Estas intervenciones nunca se hacen en forma de ataque o agresión al niño, sino solamente acciones tendientes a evitar que se lastimen ellos mismos”, aclaró. “En ese momento es donde Heredia hace una mala interpretación de la misma y entra en un estado de nervios gritando y pegándole al profesional y a otra terapeuta que allí se encontraba, Y entra a las salas gritando e insultando a los terapeutas que allí se encontraban generando un estado de nervios no sólo en estos sino en los pacientes que allí estaban”, contó.
Según Centeno, fue él quien solicitó la presencia policial, “ya que la madre del niño “estaba llamando telefónicamente a sus familiares y amigos para que vinieran a romper todo y agredir al licenciado Martín Centeno”.
En el relato que hace el psicopedagogo recuerda que “se presentó el padre del paciente con otras personas en el predio de manera muy violenta corriendo, gritando y golpeando todo lo que se encontraba a su paso”, por eso decidió salir del predio hacia la localidad de Tío Pujio.
Pero “luego de que la familia lo siguiera con palos y otros elementos contundentes”, el profesional subió a un auto para esperar a la Policía y “se decide de común acuerdo trasladar a dicho profesional a la sede policial, con el fin de resguardar su integridad física”.
“Una vez en la sede policial y luego de unas horas de ocurridos los hechos cuando no se encontraba en peligro, el profesional fue liberado”, cuenta.
Desde el Centro “Dr. Leo Kanner” aseguran que tanto la institución como el profesional “están a disposición de la Justicia para intentar aclarar lo ocurrido”.
Por otra parte, sobre el transportista Néstor Alves, con quien hace dos meses y medio la familia tuvo una situación similar luego de percatarse de que el remisero que trasladaba al niño lo maltrataba física y psicológicamente durante los viajes, aseguran que “es una situación ajena a la institución ya que los transportes especiales hacen contacto con las obras sociales a través de cada una de las familias que los eligen, por lo que el señor Alves no tiene relación comercial ni de dependencia con el Centro “Dr. Leo Kanner” ni con sus responsables”.
Por otra parte, explica, “la Terapia Cognitiva-Conductual es un abordaje que se utiliza en pacientes que tienen Trastorno Generalizado del Desarrollo u otras alteraciones que requieran de una organización conductual, del pensamiento, del lenguaje, entre otras áreas, y las intervenciones que realiza dicha terapia son visuales, verbales y en algunos casos, en donde sea necesario, físicas; siempre en pos de mejorar la calidad de vida de la persona y de su entorno”.
Por último, relata que “trabajar en discapacidad es una actividad que debe desarrollarse teniendo en cuenta los aspectos profesionales como así también la dedicación sobre cada una de las personas que la tienen como se realiza en el Centro ‘Dr. Leo Kanner’. Sumado a eso hay algunas personas que requieren de intervenciones especiales que siempre se desarrollan en un ámbito terapéutico y de respeto”.
