Cada cosa en su lugar y en su tiempo

 

Hago extensiva esta carta de un amigo, porque con mis escasos 23 años he presenciado y lamentado vastas acciones de destrucción de la memoria colectiva con un 100% de gestión. Como el traslado de la Biblioteca Mariano Moreno a la Medioteca, con su correspondiente "actualización de bibliografía"... O mejor dicho, el descarte de ciertos libros para los cuales no había lugar; acompañada con la adquisición de toda las series de Disney y una ausencia casi total de películas documentales educativas esenciales, como por ejemplo, "La Lista de Schindler".

“Triste Poema de un amigo militante”

 

Con motivo del cumpleaños de la ciudad, el día 27 de septiembre pasado, el Departamento Ejecutivo Municipal colocó dos placas en el hall de ingreso del Palacio Municipal. Las mismas tenían el fin de reconocer la figura del exintendente Miguel Angel Veglia. 

Está de más decir que dicho tributo no fue producto de la casualidad, sino el premio y distinción a la dignísima figura de un verdadero estadista municipal, que pasó por el “Sillón de Viñas” tres períodos consecutivos, por voluntad, primero, de los afiliados a la Unión Cívica Radical, y luego, por el voto de la mayoría de los vecinos de esta ciudad, entre los años 1987 a 1999.

A la memoria colectiva antes descripta, a las palabras de cada uno de los oradores en dicho acto y como expresara su hermano Carlos: “Día de fiesta para la ciudad”, hago pie en la mía propia y me manifiesto.

Me pregunto, ¿qué gestión administrativa y política realizó el actual intendente  de Villa María para cambiar lisa y llanamente la placa colocada en el año 1988, por la descubierta hace una semana en el mismo espacio?  

Es  demasiado fuerte el avasallamiento, la falta de pudor, el abuso de autoridad al no cuidar el Patrimonio Histórico de los actos trascendentes de los villamarienses, en su fecha y hora. 

¿Da derecho, por haber pagado con los impuestos que aportan los vecinos dichas placas, a tamaño ultraje político y ético?  ¿Hacía falta el bronce anterior derretido para cubrir el nuevo gasto?

La Carta Orgánica Municipal (COM), en su artículo 10, legisla sobre “Deber de defensa del Patrimonio Público” y dice: “Todo vecino tiene el deber de cuidar el patrimonio público…” ¿El intendente no es un vecino más? ¿Tiene algún privilegio especial por el cargo? 

Seguro que ahora aparecerán una, dos, tres y más voces en defensa, con bibliotecas jurídicas de por medio, explicando lo que para mí no tiene remedio. El daño ya está consumado. La sacaron tiempo atrás para pintar y después nunca la repusieron. Simple, categórico, sin razón o argumento que justifique el hecho.

Sigo con el interrogatorio: ¿se extravió? ¿Está tan bien guardada? ¿No se encuentra? ¿La robaron? El auditor general tiene competencia en la materia. Lo mismo la Justicia. ¿Ningún fiscal está dispuesto a actuar de oficio y aclarar si hubo o no algún acto ilícito adrede o por omisión?

No me puedo callar, no puedo ser cómplice con el silencio. Querer llenar de flores senderos que, años ha, sembraron de filosas espinas, que desgarraron parte de la piel y el honesto cuerpo de Veglia no sirven como objetivos; no reparan, hoy, el perjuicio que ocasionaron. Solamente el saludo afectuoso, considerado, respetuoso, que la sociedad de Villa María le brindaba al caminar por sus veredas, diciéndole: “¡Hola, Miguel!”, mitiga parte de la hipocresía de algunos políticos que se acercaron a las barandillas de Tribunales con denuncias penales nunca probadas.

También me preocupa profundamente que otros hechos similares, como retiro, extravío o robo de placas, intentando borrar la memoria colectiva, se hayan producido durante la actual administración, que pronto cumplirá su tercer mandato. Me refiero a las que se colocaron cuando se inauguraron el “Reloj de Sol” (1992) y “avenida costanera Doctor Salomón Gortniz” (1997),  que alegando  o ejecutando remodelaciones, las hicieran desaparecer.

Ante estas circunstancias, funcionarios como el jefe de Gabinete o secretarios del DEM miran para otro lado. También los concejales de la mayoría. Vaya casualidad, Miguel Veglia, Gregorio Felipe y Salomón Gortniz  eran militantes de la causa de los desposeídos. ¿Por ello quiere este Gobierno local borrarlos de la memoria colectiva de Villa María? ¿Este es el modelo a exportar hacia el Gobierno de Córdoba? Reflexionemos

 

V. M.

Valentín Pons

DNI: 35.505.303