El camarista René Gandarillas le impuso ayer una condena de 12 años de prisión efectiva a un villamariense que violó a su exesposa y sometió a tocamientos sexuales aberrantes a la pequeña hija de otra pareja, en hechos ocurridos en 2007 y 2010, respectivamente.
En la cuarta y última audiencia de debate, Mauricio Javier Supertino fue declarado autor penalmente responsable de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal” y “abuso sexual sin acceso carnal, gravemente ultrajante y calificado”, y recibió una sanción de dos años por debajo de la pena que había solicitado el fiscal Francisco Márquez en su alegato del pasado viernes.
Supertino, un guardia de seguridad de 37 años de edad (9 de abril de 1977), con último domicilio en Traful 1640, estará un largo tiempo en la cárcel y podrá solicitar la “libertad condicional” cuando cumpla las dos terceras partes de la condena.
Detenido desde hace un año y medio, en principio tendrá que completar ocho años entre rejas para, recién entonces (mayo de 2021), tramitar la aplicación de dicho beneficio excarcelatorio.
Sin embargo, no es un hecho que se le vaya a conceder la libertad en forma automática y sin más trámite. Por el contrario, en la mayoría de los casos de abuso sexual la Justicia provincial es mucho más estricta y rigurosa al momento de evaluar si el condenado está en condiciones de reinsertarse socialmente, más allá de que haya observado buena conducta durante todo el período de detención y apruebe una pericia psicológica.
En definitiva, no puede asegurarse que Supertino vaya a ser liberado cuando cumpla los dos tercios de la pena impuesta en la víspera. Puede ocurrir, incluso, que tenga que completar los 12 de prisión, con lo cual saldría en mayo de 2025, o seis meses antes (noviembre de 2024), si se le concede el beneficio de la “libertad asistida”.
Ultima palabra
Previo al dictado de la sentencia, en la instancia procesal conocida como “última palabra”, Supertino fue por demás escueto cuando el juez Gandarillas le preguntó si quería agregar algo: “No, nada”, dijo lacónicamente, tras lo cual se declaró cerrado el debate.
Momentos más tarde, exactamente a las 11.40, la secretaria Marcela Mattalía dio lectura a la parte resolutiva del veredicto, que el condenado escuchó inmutable.
Los hechos por los cuales fue condenado se produjeron en esta ciudad en fechas no precisadas, pero durante el transcurso de los años 2007 (la violación de su exmujer) y 2010 (el manoseo a la menor, que por entonces tenía 7 años de edad), en las viviendas que ocupaban Supertino y sus presuntas víctimas.
En el primero de los abusos, el guardia de seguridad sometió sexualmente a su esposa (continúan legalmente casados, pero se encuentran separados desde entonces) por la fuerza, incluso luego de forcejear con ella y ocasionarle algunas lesiones en el cuerpo.
Tres años más tarde, aprovechando la situación de convivencia con una nueva pareja, Supertino sometió a manoseos y tocamientos impúdicos aberrantes a la pequeña hija de la mujer cuando ésta se encontraba trabajando.