Sin dudas alguna la Licenciatura en Composición Musical es un emblema de la UNVM. Y no sólo por su originalidad (fue la primera en ostentar una “orientación en música popular” en todo el país) o por el crecimiento exponencial de su matrícula (que día a día se ve nutrida por alumnos de varias provincias y países del continente), sino también y sobre todo por las actividades de calidad que realiza (sus congresos convocan a músicos e investigadores de renombre mundial). Sin embargo, esta actualidad no nació de un día para el otro sino que fue parte de un proceso, un largo aprendizaje de “ensayo-error” al que le puso el cuerpo “su cuerpo” docente. Y el desafío tremendo de ese recurso humano dejaría sentadas las bases para una carrera que, años después, replicarían universidades tan importantes como la de Cuyo o La Plata. Y bien, de la historia de ese proceso, de los cambios y ajustes de sus planes de estudio, de su “confluencia de saberes” al servicio de la institucionalización del músico popular y de las ganas de un grupo humano inclaudicable, están hechas las casi 500 páginas de este libro. Y nadie mejor que una de sus compiladoras (la magíster Silvia Aballay, coordinadora de la carrera entre 2005 y 2010 y actual docente) y la licenciada Cristina Gallo (directora del Coro Nonino, docente y colaboradora del libro) para hablar del nacimiento de la criatura.
Un documento fundamental
“En realidad, los contenidos del libro datan de 2009 -comenta Aballay- cuando tras la reestructuración del primitivo plan de estudio los docentes de la carrera presentamos proyectos de investigación que tuvieron que ver con la formación institucionalizada del músico popular. Era mirarnos hacia adentro, reflexionar sobre nuestras prácticas y el modo en que estábamos trabajando en las materias, analizar qué talleres, qué actividades, qué seminarios hacíamos. Quisimos contarnos a nosotros mismos cómo fue nuestra historia, la reelaboración del plan de estudios y la reflexión acerca de qué tipo de alumnos queríamos formar. También sobre los proyectos de extensión e investigación. Sobre estos temas escribimos una decena de docentes, dos egresados y un alumno. Y del corpus de esa investigación surgió esta confluencia de saberes”.
Además de Aballay, Carla Avendaño y Gallo, en el libro firman sus artículos los profesores Eduardo Elía, Alfredo Crespo, Adriana Watson, Manuela Reyes, Gustavo Espada y Pascual Crichigno, fallecido en 2011 en pleno trabajo en la UNVM (a él está dedicado el presente volumen). También escribieron las egresadas Laura Alberti y Claudia Fernández junto al alumno José Santillán.
A la hora de definir “Confluencia de saberes”, Aballay señala que “se trata de un documento muy importante para continuar el replanteo de la carrera, ya que los planes de estudio no son eternos sino que se modifican de acuerdo a diversos procesos”. Y en este punto, Gallo hace un aporte esencial: “Creemos que el libro va a ser muy bien recibido en el ámbito universitario del país, sobre todo por la cantidad de nuevas carreras de música popular que hay ahora en la Argentina. Será un documento muy importante para esas universidades ya que da cuenta de cómo nos fue o cómo nos está yendo a quienes tuvimos el privilegio de ser precursores en este camino”.
Memoria, proyección y balance
Haciendo un salto temporal de 18 años contra la implacable corriente del tiempo, Aballay indica que “tanto Cristina como Carla son dos de las fundadoras de la carrera. Y debo decir que, junto a los demás docentes, tomaron una decisión tan apasionante como arriesgada a la hora de dar una orientación popular a la música que se estudia en la academia. Pero esa decisión estuvo basada en el espíritu de esta universidad nueva y optimista, que era no sólo poner ofertas distintivas sino, además, de hacerlas inclusivas”.
Es evidente que en estos 18 años de existencia, la carrera ha experimentado un crecimiento exponencial amén de su creciente matrícula. Así es que, para finalizar la nota, les dejo a las entrevistadas el balance final. Y Aballay toma la palabra. “Creo que el mayor crecimiento que hemos tenido en los últimos tiempos radica en la capacitación que se le brinda a los alumnos. Este grupo de docentes sigue trabajando fuertemente a la hora de acompañar a los estudiantes para que puedan egresar. También en lo que respecta a las actividades, ya que gracias a los congresos latinoamericanos convalidamos nuestros trabajos ante investigadores de todo el continente”.
Y Gallo marca que “no sólo la carrera ha crecido sino que también ha cambiado en el panorama musical de la ciudad; definitivamente. Villa María siempre ha tenido una enorme cantidad de música popular y en nuestras investigaciones sobre tango y rock hemos visto que acá hubo siempre artistas muy creativos que no copiaban a Buenos Aires sino que tenían su propia producción. Y esa impronta del músico villamariense se ha visto enriquecida con la llegada de alumnos de otras provincias y países; esos que una vez recibidos se quedan a vivir acá y ya son parte de nuestra música”.
Iván Wielikosielek
Especial UNVM
