El comienzo de los cuartos de final de la Liga Villamariense de Fútbol enfrentó a dos equipos tan parejos como irregulares: Asociación Española y Alumni. Los análisis previos justificaban tanto la victoria del local, como la del visitante, pero la mayoría de las fichas estaban puestas en el empate.
Sin embargo, las emociones se hicieron presentes rápidamente en tierras gallegas y comenzaron a cambiar las apuestas. A los 50 segundos, el “Sapito” Del Sole capturó un balón perdido por Racca, la joven promesa “albirroja” encaró a Arcas y definió por arriba del arquero local, pero el balón se fue rozando el travesaño.
Facundo Mignola llevó peligro hacia el arco rival cuando el cronómetro marcaba 10 minutos, pero Leonel Luciani despejó al córner. Al rato fue Daniel Ramírez quien probó suerte, pero su disparo se fue lejos.
Alumni era mejor porque la serenidad estaba de su lado. El circuito de juego conformado Kranevitter, González y Ramírez, potenciaba la peligrosidad del visitante.
La apertura del marcado llegó a los 28 minutos cuando Joaquín Colombano derribó a Ramírez y el juez Fabio Monjes decretó penal. La pena máxima fue convertida en gol por Federico Depetris, con un firme remate al costado izquierdo del arco.
Luego de la apertura del marcador, Marco Mansilla tuvo la oportunidad de empatar, pero su disparo se fue alto. Alumni tampoco aprovechó su superioridad para estirar la diferencia y se fue al descanso con una victoria justa, pero mínima.
En el comienzo del complemento, Alumni desperdició una gran oportunidad en los pies de Ramírez. Chance que luego lamentaría, porque Española empezó a crecer de la mano de Luciano Acosta, acompañado por los oportunos ingresos de Valle y Matías Mignola.
Los peligrosos centros del 8 de Española empezaron a complicar al rival y a demostrar una mejora en el local. Mientras Alumni desperdiciaba claros contraataques, el conjunto villanovense crecía y comenzaba a merecer la igualdad.
El empate llegó de la mano del propio Acosta, tras cabecear en soledad un preciso centro de Matías Valle. La conversión aurirroja le otorgaba al marcador las cifras más justas. Española lo pudo empatar porque su cuerpo técnico supo interpretar el partido a tiempo y los jugadores llevaron a cabo a la perfección lo pensado desde el banco de relevos.
Alumni primero no supo cerrar el encuentro, luego se quedó sin ideas, y sobre el final decidió abroquelarse atrás para sacar un resultado positivo de visitante, guardar energías y comenzar a pensar en el partido revancha.
La serie quedo abierta. De antemano podríamos decir que quizás es la única en el fútbol doméstico que se definirá por completo el próximo fin de semana.
Ambos están a un paso de quedar en las puertas de la gloria. Alumni es el último campeón y Española enfrenta su peor karma: no poder superar los cuartos de final.
Ambos planteles tienen las armas suficientes para lastimar al rival, pero lo determinante será la concentración y la actitud de cada jugador.