El viento y el calor son un enemigo constante para aquellos vecinos de Villa María que viven en barrios en donde las calles son de tierra. Desde distintos puntos de la ciudad destacaron la importancia que tiene el servicio de riego, que está a cargo de la Cooperativa de Trabajo El Sol y por ello es que presentaron sus respectivas quejas, cuando aseguraron que no se está cumpliendo con la ordenanza que establece que las calles deben regarse cuatro veces por día.

En el barrio Mariano Moreno, José Luis contó que “los fines de semana por la tarde directamente no aparece el camión regador y a veces tampoco por la mañana”. El vecino, que vive sobre calle Lanín, aseguró que en la semana “lo veo dos veces y, con mucha suerte, tres, a las 8, a las 10 y a las 17, pero nunca pasa las cuatro veces que tiene que pasar”. La queja, aseveró, es porque “es muy necesario, es tremenda la nube de tierra que se hace en este barrio donde las calles son bastante transitadas”.

Desde el barrio Barrancas del Río una vecina cuyo hogar está sobre la arteria Tobas planteó el mismo inconveniente: “Me levanto a las 7 de la mañana todos los días y puedo asegurar que no pasan cuatro veces los camiones regadores, sino una vez a la mañana y otra a la tarde”.

De hecho, apuntó que “cuando pasan lo hacen muy rápido, a una velocidad que no es común si se supone que la idea es que la tierra se moje bien”.

Omar, que vive sobre calle Las Magnolias de Las Acacias reclamó que “si pasaran las cuatro veces, cosa que no hacen, tampoco alcanzaría, menos en esta época del año”.

 

“Es un trabajo ingrato”

 

Ante los planteos de los vecinos, el presidente de la Cooperativa de Trabajo El Sol, Sandro Cejas, quien tiene a cargo el servicio de riego, aseguró que el trabajo “se está haciendo con total normalidad y con la frecuencia que marca la ordenanza: dos veces por la mañana y dos por la tarde”.

Cejas analizó que “en días de mucho calor o viento no se nota el servicio de riego y si el camión pasó por una calle a las 15 y el vecino estaba adentro de la casa o durmiendo, cuando sale para trabajar ve la calle totalmente seca, pero no porque no se haya cumplido, sino porque se evaporó rápidamente”.

De hecho, Cejas mencionó que “hay calles que tienen más de cuatro pasadas” y explicó: “Hay calles en las que es insuficiente el riego con dos pasadas a la mañana y dos a la tarde porque tienen mucho flujo de tránsito, entonces le hacemos dos o tres pasadas más y en aquellos barrios donde hay calles que no tienen casas o población, hacemos menos”.

“Nuestros camiones están controlados satelitalmente, por lo tanto podemos demostrarle al vecino que se cumple con la ordenanza”, dijo Cejas, quien calificó como “ingrato” el servicio que deben cumplir: “Es un trabajo ingrato, porque no se nota lo que hacemos, los camiones no paran, trabajan muchas horas y si hay sol o viento no hay riego que resista”.

Cejas contó que “haciendo un promedio de 26,5 días mensuales”, se riegan 202 mil calles por mes, entre las 7 y las 11.30 y entre las 15 y las 21.