Tal como se preveía, la Justicia de Villa María condenó ayer a un hombre que protagonizó un temerario aunque frustrado asalto a mano armada en una conocida carnicería de la ciudad, donde tras proferir amenazas de muerte, efectuó un disparo que estuvo cerca de alcanzar al propietario del local comercial.
En la tercera y última audiencia de debate, el camarista René Gandarillas le impuso una sanción de seis años de prisión efectiva a Gustavo Guillermo Bufarini (42), tras declararlo culpable del “robo calificado por uso de arma, en grado de tentativa” en perjuicio de Miguel Angel Serenelli (59), dueño de la carnicería “El Fogón”, ubicada en la esquina de bulevar Italia y Santa Fe.
Momentos antes, a la hora de los alegatos, el fiscal Francisco Márquez había requerido una pena de siete años de cárcel, luego de considerar que se trató de un hecho grave, más allá de que el asalto no se llegó a consumar.
El acusador público sostuvo que, con su proceder, Bufarini puso en serio peligro la vida de Serenelli y opinó que si bien el robo no se concretó (escapó sin llevarse nada), fue mucho más grave que haya disparado el arma que portaba, a que se hubiera llevado el dinero que había en la caja registradora.
Cuando cerraba
El intento de asalto se produjo alrededor de las 21.30 del 23 de noviembre de 2012, poco antes de que Serenelli cerrara las puertas de su negocio. Mientras el comerciante se encontraba acomodando la mercadería y limpiando el mostrador para dejar todo listo para el día siguiente, Bufarini ingresó a la carnicería y, como si se tratara de un cliente más, le preguntó el precio de la carne molida y luego le hizo el pedido.
Cuando Serenelli se dio vuelta, el sujeto extrajo de entre sus ropas un revólver calibre 22 y le advirtió: “¡Esto es un asalto! Dame la plata y no te movás o te quemo”. La esposa del comerciante, que estaba frente a la caja registradora, se asustó y salió corriendo hacia una habitación que hay en la parte trasera del negocio.
Pese a la tensa situación que se vivía, Serenelli tomó una de las cuchillas con las que realiza sus tareas habituales y enfrentó al ladrón al grito de “¿a quién le vas a tirar vos, hijo de puta?”. Fue entonces cuando el delincuente extendió el brazo y le apuntó.
Como el carnicero había visto que el arma estaba amartillada, decididamente se arrojó al suelo. En ese preciso momento, Bufarini efectuó un disparo que dio contra la pared, justo a la altura de donde había estado de pié Serenelli. Y tras cartón, el delincuente se dio a la fuga sin llevarse nada.
Lo reconoció
El jueves, al declarar en la segunda audiencia, el dueño de la carnicería volvió a reconocer a Bufarini como el ladrón que había querido asaltarlo aquella noche. Y ante una pregunta del juez Gandarillas, afirmó que esa era la tercera vez que lo veía, señalando luego que las anteriores habían sido el día del frustrado robo y cuando se hizo un reconocimiento en rueda de presos, en la cárcel local.
El testimonio de Serenelli, sumado al que oportunamente había realizado su esposa (la mujer falleció hace tres meses, pero su declaración obraba en el expediente y fue incorporada por lectura), fue lapidario para que el fiscal Márquez sostuviera la acusación original.
A su turno, la asesora letrada Silvina Muñoz solicitó la absolución de su defendido, invocando el “beneficio de la duda”.
Antes de declarar cerrado el debate, el juez Gandarillas le concedió al acusado la “última palabra”, oportunidad en la que Bufarini respondió lacónicamente: “Soy inocente”.
Exactamente a las 12.15, el secretario de la Cámara dio lectura a la parte resolutiva de la sentencia, en la cual se declaró a Bufarini autor penalmente responsable de “robo calificado por uso de arma de fuego, en grado de tentativa”, un delito que tiene una escala penal que va de los cuatro años y seis meses a los 15 años de prisión.
El marco legal
Si bien la legislación vigente establece que un convicto primario podrá solicitar la “libertad condicional” cuando cumpla las dos terceras partes de la condena impuesta (en este caso, cuatro años), la Justicia es mucho más estricta para otorgar dicho beneficio cuando se trata de delitos con armas o abusos sexuales.
En principio, Bufarini podría llegar a ser excarcelado a fines de noviembre de 2016 observando buena conducta durante el período de detención y sorteando con éxito una pericia psicológica que acredite que está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Pero como consecuencia de aquella rigurosidad judicial, lo más probable es que Bufarini tenga que completar toda la condena y salir de la cárcel a fines de noviembre de 2018 o a lo sumo seis meses antes, si se le concede la “libertad asistida”.