Ante la reciente aparición de casos de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), la Municipalidad de Villa María informa que el Consejo Municipal de la Salud dio a conocer una serie de sugerencias para prevenir dicho mal.
Esta enfermedad, también conocida como "mal de los rastrojos", es causada por el virus Junín, y afecta a una región del país que abarca parte de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa. La contraen principalmente las personas que viven o trabajan en el campo
El virus Junín suele estar presente en algunas especies de roedores silvestres. Estos roedores presentan infecciones crónicas sin síntomas, con eliminación del virus, particularmente por la saliva, que contagia a roedores sanos y contamina el medio ambiente, a partir del cual el hombre se infecta accidentalmente.
Síntomas y diagnóstico
Es una enfermedad aguda que presenta cuadros clínicos de gravedad variable, desde formas leves a formas graves caracterizada por fiebre y alteraciones de la sangre, neurológicas, renales y cardiovasculares, que sin tratamiento puede evolucionar hacia la muerte en un lapso de una a dos semanas.
El comienzo de la enfermedad es inespecífico, con decaimiento, dolor de cabeza y fiebre moderada. Con el avance de la enfermedad se agregan dolores musculares y articulares, dolor retro ocular, dolor abdominal, mareos, náuseas y vómitos. En caso de haber hemorragias, éstas se limitan a leves hemorragias nasales o en las encías. Los signos neurológicos son frecuentes: irritabilidad, somnolencia, temblores.
El diagnóstico y tratamiento precoz aumentan enormemente las posibilidades de cura de esta enfermedad. El tratamiento específico es la administración precoz de plasma.
¿Cómo puede prevenirse?
Para prevenir contraer esta enfermedad es importante realizar la vacunación contra la Fiebre Hemorrágica Argentina, la que está indicada a partir de los 15 años de edad en las zonas de riesgo del país.
Además se debe realizar una higiene cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropas, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores. No introducir tallos, hojas o granos en la boca. No acostarse sobre bolsas o en el suelo, comer y dormir en habitaciones limpias. Usar calzado cerrado.
Mantener desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que las lauchas se acerquen a ella. Disponer de lugares libres de maleza para los juegos de niños. No destruir la fauna de predadores de roedor: lechuzas, lechuzones, chimangos, entre otros.