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Juan Schiaretti vino, tocó, hizo un picado, marcó la cancha y se fue sin apelar a las agresiones y dejando un mensaje al peronismo cordobés.
Sí, el diputado nacional se puso el traje de candidato a gobernador, más allá de que tiene una interna en puerta, levantó la bandera de José Manuel de la Sota presidente, tiró algunas propuestas y levantó virtualmente la mano de Raúl Costa como su candidato a intendente en Villa María y de Marcelo Frossasco en Villa Nueva.
Demasiado en poco tiempo. El Gringo llegó a Villa Nueva, cerca de las 20, para encabezar una reunión institucional en el Centro Comercial. Habló con los medios y evitó referirse a Eduardo Accastello diciendo que “pertenece a otro espacio político”.
El dirigente cordobés apeló al movimiento permanente de cintura para evitar caer en la trampa de polemizar con el principal referente del PJ local lanzado a la Gobernación de la mano de Daniel Scioli.
La batalla entre peronistas es vista por los vecinos (que se interesan en política) con la ñata contra el vidrio.
Resulta incompresible (aunque en política nada sorprende) que viejos “compañeros” de ruta se miren de reojo o se traten como extraños.
El peronismo es un partido político dentro de la democracia y el Gobierno es otra institución.
El problema, en nuestro país, es que las peleas de los gobiernos terminan influyendo en la salud de los partidos. Nada bueno, nada saludable en democracia.
Pero, volviendo al hilo de la madeja de los muchachos de Perón, Schiaretti instó a trabajar por De la Sota presidente.
“Gallego querido, el Gringo está contigo”. Fue uno de los ejes principales del mensaje que brindó en la Sociedad Rural ante un grupo de intendentes de la región, dirigentes del justicialismo y militantes.
En el predio ubicado a la vera de ruta 9 pudo verse a los fieles jefes comunales Osvaldo Arietti (Luca), Nancy Schiavi (Tío Pujio), Mauricio Pajón (Ausonia), entre otros.
Schiaretti no vino solo, lo acompañaron integrantes del Gobierno provincial en esta cruzada para promover a De la Sota a la Rosada, incluida la apertura de una casa en la ciudad y otra en Villa Nueva bajo la denominación “Observatorio Siglo XXI”.
En este tablero, inestable, la interna del PJ fue la otra novedad de la semana que pasó.
El anuncio del PJ provincial de convocar a las urnas para elegir sus candidatos a los cargos electivos de 2015 disparó duras críticas del peronismo local.
Sin garantías
“No tenemos garantías para ir a una interna”, gritaron los accastellistas que siguen reclamando con bombos, platillos y batucadas las PASO.
Peronismo versus peronismo. La pelea de fondo del momento. La cuestión es que el 12 de abril, el cordobesismo irá a las urnas.
¿Quién competirá con Schiaretti por el pasaje de ida al Panal? Hasta el momento, todo hace suponer que el riesgo lo correrá el joven de San Francisco Martín Llaryora. Al integrante del “peronismo que viene” las internas le sientan bien y ya probó el sabor de la disputa en las PASO legislativas.
¿Qué hará Daniel Passerini? Los que están cerca de su entorno creen que adherirá a la candidatura de Schiaretti, el hombre sin duda elegido por el Gallego para sucederlo.
En este esquema, diseñado por el delasotismo, no parece tener intenciones de competir Accastello.
Y aquí es donde el intendente villamariense tendrá que afinar muy bien su sintonía para no quedar en el camino, confiado únicamente de la bendición que le dio Daniel Scioli.
El escenario está interesante, con estas idas y venidas de los protagonistas que aún no tienen cerrado totalmente el libreto.
Si bien Schiaretti lanzó el nombre de Raúl Costa como su “pollo” para la candidatura a intendente, el abogado ambientalista está en una seria encrucijada.
La camiseta está puesta
Para Costa, que aún no definió si quiere ser candidato nuevamente, las palabras de Schiaretti fueron bienvenidas.
El “Raly” sintió un fuerte apoyo de parte del exgobernador, en un momento en que está sentado en la mesa de negociaciones para encarar en Villa María un frente con sectores de la oposición.
Costa viene hablando, desde hace tiempo, con los integrantes del PRO, sectores del radicalismo y parte del Frente Cívico.
Schiaretti sabe de estas charlas y el aval que le dio es elemental en el marco de un posible acuerdo partidario institucional.
Pero los tiempos de Costa dependen del reloj de Accastello. Y aquí se plantea el problema.
Las internas del PJ están previstas para el 12 de abril. Costa no puede jugar ese partido, cuando las posibilidades indican que los comicios municipales serán a fines de abril o en mayo.
“No podemos estar por disputar una interna cuando las elecciones están a pocos días. Es una locura”, señaló un allegado a quien ya fuera dos veces candidato al Sillón de Viñas.
Efectivamente, Accastello hará valer su condición de jefe de la liga local y convocará a elecciones cuando le sea conveniente.
La oposición no se puede dar el lujo de perder tiempo y antes de fin de año tiene que tener cocinado el menú principal, o sea, el plato de posibles candidatos a pelear contra la fortaleza del aparato accastellista.
Una historia que recién comienza.
