Escribe Pablo Luna Broggi
Con un aporte trascendental de sus interesantes proyectos, el actual campeón Alumni goleó 3 a 0 en cancha de Rivadavia (se modificó el escenario y horario al mediodía en razón de que el campo de juego del “Fortinero” quedó anegado por las lluvias) a Española y clasificó a las semifinales del Torneo Clausura (igualaron 1 a 1 en el partido de ida).
Con diferentes propuestas (Claudio Andrada planteó una línea de tres en el fondo, que evidenció una disposición táctica ofensiva y el local apostó a la firmeza en el fondo y la velocidad de sus escurridizos y atrevidos atacantes), el partido comenzó con una emoción antes del minuto, pero Agustín Coria no pudo capitalizar un cabezazo que se terminó elevando por escasos centímetros del travesaño. Luego de la llegada fortinera el trámite fue más parejo. La disputa estaba en mitad de cancha y ninguno encontraba el espacio para lastimar a su rival.
Sin embargo, a los 22 minutos Nicolás Del Sole comenzó a demostrar que él y sus compañeros estaban en su tarde. Luego de malograr un claro mano a mano recuperó el balón nuevamente y se lo cedió a Maximiliano Ramírez, quien decretó la apertura del marcador.
Alumni había conseguido sin hacer mucho lo que se propuso desde un comienzo y el partido se iba encarrillando a su favor.
Luego de la conquista del joven delantero albirrojo, Española intentó igualar las acciones por medio de Mancilla, Valle y Facundo Mignola, pero la firmeza del fondo local, liderada por la experiencia del capitán Facundo Depetris, y la seguridad de Leonel Luciani, le impidieron lograrlo, enterrando poco a poco las esperanzas gallegas de empardar el tanteador.
Para el complemento, “Pele” se la jugó: sacó a Colombano y a Valle y mandó a la cancha a Joel Guillén y a Galván. En los primeros minutos los cambios dieron resultados, porque el visitante inquietó a su rival precisamente gracias a los recién ingresados, que por poco no pusieron el 1 a 1 en varias ocasiones.
Alumni se quedó sin su mejor jugador, Jonathan González, por una falta innecesaria en mitad de cancha y todo parecía indicar que el conjunto villanovense se llevaría por delante a su rival. Pero, extrañamente, el nivel de juego decayó estrepitosamente en el visitante y el grado de nerviosismo aumentó con el correr de los minutos.
Del Sole, Ramírez, Galleguillo y Paoletti se asociaban cada vez más y mejor. Los espacios iban a pareciendo y la confianza hizo el resto. El “9” local en un slalom por izquierda hizo expulsar a Matías Bracamonte y ya todo parecía resuelto. La diferencia numérica era mínima, pero la futbolística y la anímica era cada vez mayor.
El partido quedó definido a los 29 minutos, cuando una gambeta endiablada de Maximiliano Ramírez dejó solo a Lautaro Paoletti que remató con firmeza y estampó el 2 a 0.
Los jugadores gallegos rogaban que el partido terminara. No les salía ni una. No podían detener a los pibes fortineros, era imposible.
La diferencia podría haber sido más abultada, pero sólo hubo tiempo para uno más. Ramírez escaló por derecha, se la tocó a Segura y éste a Del Sole, para que el juvenil, con un tiro rasante y cruzado, ponga su firma en el marcador final gracias a una “ayuda del cielo”, tal como la definió emocionado el “Sapito”.
Alumni goleó sin discusión 3 a 0 a su rival y agrandó la maldición y agonía del “Prado” de no poder superar los cuartos de final. El “Fortinero” ya está en semifinal y enfrentará a Universitario, a quien derrotó en el último campeonato para coronarse campeón.
La frase
“Muy contento y disfrutando de este momento. Los chicos hicieron un gran partido. La mayoría es de quinta y la cuarta división y vienen jugando juntos hace rato. Hoy (por ayer) de mitad de cancha hacia adelante estuvieron imparables y eso me alegra mucho”.
Víctor Bengoa, DT de Alumni
Las figuras
Paoletti (foto), Del Sole y Ramírez
Los tres juveniles estuvieron intratables. Hicieron lo que quisieron, a pesar de su juventud e inexperiencia. Coronaron una tarde mágica con un gol cada uno.
El árbitro
Lucas Tablada
Dirigió aceptablemente. No influyó en el resultado del partido y expulsó bien a
González y Bracamonte.