Escribe Federico Gazzoli

Rivadavia de Arroyo Cabral visitaba la cancha de su clásico rival, Colón, con la complicada misión de revertir el 4 a 0 con el cual el “Rojo” se despachó en la ida de los cuartos de final. Tras un comienzo del partido favorable para el “Verde”, que rápidamente se puso en ventaja, los dirigidos por Martín Conti conservaron la diferencia y consiguieron el pasaje a las semifinales del Torneo Clausura, donde enfrentarán a Deportivo Argentino, a pesar de la derrota por 1 a 0.
Desde el pitazo inicial, los comandados por Marcelo Santoni jugaron el encuentro con el cuchillo entre los dientes, apretando constantemente la salida del rival y jugando cada pelota dividida como si fuera la última de la tarde.
Mientras tanto, los dueños de casa intentaron conservar el orden defensivo, a sabiendas de la imperiosa necesidad del rival por romper rápidamente la paridad.
Así fue como en los primeros minutos de la fría tarde cabralense prevaleció el planteo de un Rivadavia que, desde el vamos, se fue contra el área de Colón para intentar conseguir ese gol que calmara sus ansias. Y lo consiguió, con algo de fortuna, cuando el reloj marcaba 13’ de juego. Marcos Berterame entró al área por la izquierda, llegó al fondo y metió un centro que, producto del fuerte viento, se fue cerrando para sorprender a Matías Tisera y convertirse en el 1-0 a favor de Rivadavia.
El dueño de casa contestó un minuto más tarde, con un tiro libre ejecutado por Patricio Luna que reventó el travesaño del arco custodiado por Marcelo Berardo.
Luego, hasta el final del primer tiempo, el predominio fue “Verde”, pero sin poder conseguir ese segundo tanto que lo hubiera puesto más cerca de la hazaña. Primero, a los 15’, lo tuvo Andrés Agosto, pero con el arco a su disposición definió arriba del travesaño. Luego, a los 21’, Rodrigo Santoni metió un derechazo que Tisera despejó al saque de esquina.
Después de ese arranque entretenido, el juego entró en una meseta futbolística, no se volvió a jugar cerca de los arcos y la pelota rondó la mayor parte del tiempo la mitad de la cancha, sin un claro dueño que la administrara de manera correcta como para que pudieran verse situaciones interesantes.
Para el complemento Marcelo Santoni pondría en cancha a Federico Ferrer, en lugar de Gustavo Cerutti, pensando que la experiencia del “Toro” podría ser fundamental para concretar las chances falladas durante la etapa inicial.
Pero la figura de Tisera se fue acrecentando en el arco de Colón, respondiendo de buena manera cada vez que fue llamado a intervenir, como, por ejemplo, apenas iniciado el complemento para contener sin inconvenientes un tiro libre ejecutado por Rodrigo Santoni.
Todo hacía suponer que Rivadavia seguiría insistiendo en su afán de descontar en el marcador global, pero en ese momento de la tarde pareció quedarse sin nafta para lograr ese objetivo y le permitió a Colón adelantarse en el campo de juego y ponerse a tiro del empate en, al menos, dos ocasiones.
Iban 11’ cuando Gabriel Gonella dejó a Maximiliano Le Roux mano a mano con Berardo, para que el delantero definiera de zurda una pelota que pasó muy cerca del palo derecho. Poco después Diego Marín ingresó al área por la derecha y tocó atrás para Gonella, quien definió de derecha una pelota que se fue muy alta.
Los minutos corrieron y de a poco Colón fue metiendo el partido en el freezer, jugando con la desesperación de un Rivadavia que, viendo como el reloj corría, se desesperaba y cada vez abusaba más del pelotazo para generar peligro.
Se terminó la revancha y gracias al formidable 4-0 logrado como visitante, Colón terminó festejando, a pesar de la derrota, por dejar fuera del camino nada más y nada menos que a Rivadavia, su rival de toda la vida.

La Figura

Matías Tisera
En los peores momentos de Colón el uno se mostró seguro y atajó pelotas difíciles e importantes, evitando que corriera riesgo la clasificación de su equipo. En Rivadavia, Marcos Berterame fue lo más destacado.

El Arbitro

Claudio Aldecoa
Buen arbitraje del referí villamariense, quien supo como llevar correctamente las riendas del clásico cabralense. Siguió de cerca cada jugada y amonestó correctamente cuando tuvo que hacerlo.