El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer. Es una fecha conmemorada por las Naciones Unidas y hunde sus raíces en la lucha de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
Los derechos humanos de la mujer son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en la diferencia de sexo, demandan el desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria. Las constituciones de muchos países reconocen la igualdad entre hombres y mujeres y aunque las mejoras en los últimos años han sido notables, todavía en muchas ocasiones no se respetan los derechos fundamentales.
Toda mujer tiene derechos a definir libremente su identidad, a ser respetada y valorada, reconocida y participar socialmente, a prevenir y cuidar de su salud, a recibir asistencia médica y educación, y desarrollarse en trabajo digno e igualitario.
Este es un día para seguir reivindicando la igualdad, en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Porque ningún género es mejor o peor que el otro. Ningún ser humano tiene más derechos que otro. Y cualquier discriminación merece el más absoluto de nuestros desprecios.
“La mujer vive presa en la imagen que la sociedad masculina le impone, por lo tanto, sólo puede elegir rompiendo consigo misma: si se atreve a amar, a elegir, si se atreve a ser ella misma, debe romper esa imagen con que el mundo la encarcela.”
Octavio Paz


OSPIL y AMEL Salud
Departamento de Promoción y Prevención Integral de la Salud
Seccional Villa María