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La doctora Graciela Ortega expuso ante los asociados de Cooperativa Comunicar |
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Una especialista afirmó que "en nuestra ciudad hay una sensación de que la incidencia de la hepatitis C es mayor que en otras poblaciones, y si bien hubo un estudio al respecto, no fue realizado correctamente. Para confirmar esto, hay que realizar más investigaciones".
La infectóloga Graciela Ortega dio una charla informativa para los asociados de Cooperativa de Trabajo Comunicar, editora de EL DIARIO. En la ocasión comentó que el citado estudio, concretado años atrás, "estuvo viciado, porque muchos que sabían que tenían el virus se presentaron a registrarse, porque se les prometía un tratamiento sin cargo".
El pasado jueves, la experimentada profesional, de dilatada trayectoria en el Hospital Pasteur y en centros de salud privados, expuso sobre la temática de la hepatitis.
Recordó que en la actualidad ya se reconocen variedades de virus de hepatitis desde la A hasta la G, y dijo que en torno a este grupo de enfermedades "aún existen muchos mitos".
Como ejemplo, recordó que "mucha gente no come chocolate porque tuvo hepatitis A, pero esta enfermedad no da cronicidad, no deja secuelas".
En cambio, hasta un 8% de las hepatitis B se convierten en crónicas, y un 80% de las C. En estos casos, sí hay que cuidarse de un tóxico que puede ser letal: el alcohol.
"Otro mito -dijo la profesional- es que la hepatitis C es mortal. Esto no es cierto, porque hay un tratamiento. Por otra parte, en Villa María está presente el genotipo 2 del virus, que es el más benigno", aseguró.
También negó que la hepatitis produzca deformaciones en los fetos. "Ninguno de estos virus es teratogénico", precisó.
En cuanto a las vías de transmisión de las más frecuentes (de la A a la C) indicó que la hepatitis A tiene como víctimas principales a los niños en edad escolar, donde se contagian por la vía fecal-oral.
Al respecto, mencionó que "contrariamente a lo que la gente cree, no es importante aislar la vajilla del enfermo, sino lavarse bien las manos, y cuidar la higiene personal en general".
La variedad B tiene dos vías de contagio conocidas, la sanguínea y la sexual, pero hay un 25% de los casos de los que se desconoce el origen. Este virus es cuarenta veces más contagioso que el HIV.
El virus C, se transmite preferentemente por la sangre.
Ortega recomendó, para prevenirse de los virus A, vacunarse o aplicarse gammaglobulina. Vacunarse y usar preservativos en lo que se refiere a la B, y "no ponerse sangre de vicio" en lo que se relaciona con la prevención de la hepatitis C.
El virus C se conoce desde 1992. Anteriormente las transfusiones de sangre eran más frecuentes. "Las transfusiones son trasplantes, en el sentido de que introducen cuerpos extraños al organismo", explicó la infectóloga.
También abogó por el combate a las adicciones a drogas, "no sólo las que se administran en forma endovenosa, sino por cánulas". Finalmente dijo que es importante el control que realizan los bancos de sangre.
En líneas generales, la médica que disertó en nuestras oficinas invitada por nuestro Gabinete de Calidad de Vida dijo que el tratamiento para la A, consiste fundamentalmente en "hacerle caso al cuerpo, y descansar sólo cuando él lo pide, porque cuarenta días en la cama debilitan demasiado, y más cuando se impone una dieta. Cuando tiene hambre, el enfermo tiene que alimentarse".
En cuanto a la variedad B, dijo que si es del tipo agudo, se debe actuar como ante una hepatitis A, y si es crónica, comportarse como la C.
Finalmente, para los que padecen la hepatitis C, "el gran tóxico es el alcohol", subrayó la profesional villamariense.
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