Desde hace unas semanas se ha instalado en la sociedad la falsa idea de que las personas trans (vulgarmente llamados “travestis”), van a cobrar un subsidio de 8 mil pesos. Falso. Pero, más allá de la falta de verdad que contiene esa información y a pesar de que en algunos medios fue aclarado el asunto, la información sigue circulando de boca en boca y ha cundido como reguero de pólvora, provocando airadas opiniones y rechazos que, en no pocos casos, rayan con la homofobia.
Lo primero que hay que decir es que existe un proyecto presentado en 2012 por la legisladora de la ciudad de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, María Rachid, y que consiste en subsidiar a las personas trans de más de cuarenta años fue con una suma de 2.400 pesos. Y ese proyecto aún permanece en comisión y no se ha tratado en el recinto.
La mirada local sobre el tema
La referente local en la lucha por el reconocimiento de los derechos a la diversidad sexual y a la identidad de género, Vanesa Cufré, afirmó que “no es verdad que vayamos a cobrar un subsidio de 8 mil pesos” y abundó explicando que no hay que olvidar que “se trata de personas que viven en un alto grado de vulnerabilidad, que son excluidas, discriminadas y cuya expectativa de vida no supera los 45 años y casi todas padecen HIV. Cada año que pasa enterramos a tres o cuatro compañeras. Creo que por tratarse de personas en ese estado de vulnerabilidad, tenemos derecho a ser incluidas y recibir un tratamiento adecuado”, avalando de esta manera el proyecto inicial del subsidio de 2.400 pesos y buscando ejercer sus derechos como ciudadana.
Asimismo, Cufré aclaró que “si bien la propuesta inicial estaba pensada en un subsidio de 2.400 pesos, la Ciudad de Buenos Aires utiliza un mecanismo, llamado Unidad Fija, a través del cual se establecen parámetros de medición. Cuando Rachid presentó el proyecto, la unidad fija era de $2. Pero a fin de año el PRO la aumentó a $6,40, para aumentar las multas de tránsito. Y así, al subsidio que estaba pensado en 2.400 pesos, el PRO lo llevó a 8.000”, explicó la militante local por los derechos del colectivo trans.
“Y a quienes dicen que por 8 mil pesos se harían travestis, les decimos que nosotros les damos los 8.000 pesos pero que se pongan una mini y traten de vivir como una persona trans durante ese tiempo; todos los días, ir a trabajar, ir a estudiar, salir a hacer la compras y vivir la discriminación social y la represión policial que vivimos nosotras. Y después de esos 30 días, volvemos a hablar”.
Por otra parte y para abonar más la necesidad de que el colectivo trans cuente efectivamente con un subsidio (aunque no de 8 mil pesos) y para apoyar “la política de Estado de este proyecto que incluye”, Vanesa Cufré aportó los siguientes datos estadísticos: “En realidad, somos un grupo minúsculo; unas 25 mil personas en todo el país y que según las encuestas no logramos sobrevivir más de 45 años, creemos que el costo económico que le puede representar al país no es significativo. Es cuestión de hacer la cuenta, no más”, explicó Cufré, para avalar el proyecto presentado por Rachid, quien pensó el subsidio como una forma de “reparación para las personas que con una corta esperanza de vida sufren marginación y violencia ”, según señaló la propia legisladora.
Argumentos
“Sería una forma de garantizar mínimamente la subsistencia. Estas personas no tienen otra forma de sobrevivir si no es con ayuda del Estado”, aseguró Rachid hace unos días en diálogo con Radio Nacional.
En tal sentido, la legisladora porteña del FPV afirmó que “hay una intencionalidad política de presentar esto como una propuesta descabellada”.
Rachid dijo que la propuesta permitirá “revertir décadas de marginación, discriminación, violencia y exclusión”.
“Las personas trans tienen un promedio de vida entre 35 y 40 años producto de la extrema marginación. Son excluidos de sus hogares, del sistema educativo y de salud. Tienen el promedio de vía que es la mitad que el del resto de la población”, explicó la diputada quien agregó “muchas personas llegan con su salud muy deteriorada y sin educación formal. Más del 90% ejerció durante toda su vida el trabajo sexual, no tienen otra experiencia laboral”.
Sostuvo que hay que dar una batalla cultural para revertir muchos prejuicios de la sociedad y dijo que muchos individuos “no se indignan por los subsidios que recibe la clase media ni los millones que se le paga a la Iglesia con nuestros impuestos”.
El proyecto de ley “es una de las varias medidas que propusimos en la Legislatura y el Congreso para revertir décadas de marginación, discriminación, violencia y exclusión hacia las personas trans de nuestro país”, sostuvo.
“Hay una situación de discriminación y hay que dar una batalla cultural y espero que este debate sirva para eso. Hay un grado de egoísmo e hipocresía por parte de un sector de la clase media que no se indigna por los subsidios que utiliza como la luz, transporte, educación pero se indigna cuando es para otro que está en situación de emergencia”, opinó Rachid.
“El proyecto establece incentivos para las empresas que tomen personas trans como hemos hecho con otras personas marginadas. Como último recurso planteamos un subsidio que garantice una mínima subsistencia que repare, en alguna medida, tantos años de maltrato y discriminación”, contó.
“El objetivo es la inclusión real, quieren tener un trabajo y no vivir de un subsidio. Es un último recurso para los casos donde las políticas públicas no sean suficientes para resarcir tantos años de violencia”.